Hija de la luna (la historia que nunca te contaron)

Incendio

Hitler estaba tan furioso que no podía contener las lágrimas, estas recorrían por sus mejillas y caían en sus manos, no dejaba de pensar en cómo una mujer tan maravillosa que había conocido desde hace ya tiempo y con la que había tenido a su amada hija, a la luz de sus ojos, podía haber sido todo este tiempo una judía, alguien proveniente de la raza más sucia de la existencia, la cual odiaba y sentía tanta repugnancia.

No podía soportar toda esa información que caía sobre el como una abalancha que comenzaba a asfixiarlo, lo único que se le ocurrió es que el alcohol le ayudaría a olvidar ese dolor acuchillante así que ordenó al chofer que se dirigiera al bar más cercano que conociera, después de haber pasado 6 o 7 horas tomando, una idea cruzo por su mente.

Hitler: ma...yor..dommo -estando muy ebrio con un vaso de cristal en la mano-

Mayordomo: si mi señor? -lo miraba de forma servicial-

Hitler: contacta a #13...hip!...y dile...que...hip!...necesito que haga un trabajo ahora...hip! -tomaba más-

Mayordomo: como ordene señor..-se retira por unos momentos y presiona un botón que tenia en su chaleco dando una señal de alarma a #13 para luego regresar con Hitler-

Hitler: ya lo hiciste? Hip!

Mayordomo: si señor está en camino

#13:-entraba a el bar y se ponía alfrente de Hitler teniendo la misma vestimenta de siempre- ¿me mando a llamar mi señor?

Hitler: hip! Si..necesito que...-apretaba el brazo de vidrio- que mates a la maldita perra de alessia...no quiero que quede ni un rastro de ella...y quiero que lo hagas ahora mismo

#13:-algo sorprendido sonrie- ¿seguro de que desee que haga eso?

Hitler:-tomaba otro vaso- seguro...hazlo...y no dejes rastros de esa malnacida..

#13:-sonrio y hago reverencia- como ordene señor -se retiraba de aquel bar con paso tranquilo-

Mayordomo:-con los dedos en sus bolsillos apretaba los dedos- (señorita....alessia...)

Mientras tanto en la mansion..

Mientras tanto Alessia se encontraba con María haciendo dormir a Amaris en su habitación.

Narra María...

"Esa noche nunca lo voy a poder olvidar, fue una de las que marco mi vida y la de millones de judíos y alemanes".

Me encontraba alado de la señorita Amaris mirandola dormir mientras mi señora estaba dormida en su habitación, en ese momento no había escuchado nada extraño, lo que me pareció algo escalofriante fue que vi una sombra, había pasado tan rapido, pensé que era un reflejo que la luna había causado, o talvez era un gato que había pasado por ahí realmente no le tomé mucha atención y seguí cuidando la señorita.

Luego de eso pasaron algunos minutos y escuché un grito ahogado me asusté y fui corriendo hacia la habitación de la señora ya que de ahí había provenido aquel grito, me fijé que en el suelo había manchas de sangre y se escuchó pasos al estar la puerta un poco abierta alcance a ver un cuerpo que había en el suelo ¡era mi señora! Su expresión denotaba el dolor de haber dejado a la señorita pero sentí que me alcanzó a ver y una lágrima bajo de mi ojo derecho, me asusté tanto que retrocedí y salí corriendo hacia donde se encontraba la señorita Amaris ya que le había prometido a mi señora que se algo le llegaba a pasar y yo la iba a cuidar con mi vida.

Al llegar atrancaba la puerta de la habitación y cargaba a la señorita envolciendola con una manta, por alguna razón la señora Alessia me había ordenado armar una mochila con cosas necesarias por si había un bombardeo en la mansion, la cogí y me percaté que toda la casa había está oliendo a gasolina, lo cual me aterro, abrí la ventana y salté por la ventana con la señorita en brazos por suerte no me caí ni hice ningún tipo de ruido, salí corriendo de ahí con todas mis fuerzas y al estar ya más más lejos de la mansión tomé un respiro mirandola con ojos llenos de lágrimas, sabía que la señora no volvería, en eso escuché una explosión y vi como aquella mansion era envuelta por las llamas, lloraba de forma copiosa con la señorita en brazos.

Mi señorita...cuanto lo siento...no..pude salvar a su madre...-mis lágrimas caían en su rostro dormido y en eso las nubes que tapaban a la luna se despejaron y un rayo de luz grueso se posó en la carita angelical de la señorita- en verdad...usted....es hija de la luna...su madre fue muy sabia en ponerle su nombre....-sonreia llorando y por alguna razón que nunca llegue a comprender senti un calor tan cálido que me sentí protegida por un ente desconocido, me quedé así algunas horas y luego decidí caminar hacia una cabaña que había sido asaltada, pero me servía para refugiarme hasta recuperar las fuerzas, prendi una fogata y recolecte unas moras silvestres para comer hasta que pasara la noche-