A mi chica de la Luna: Omne initium habet finem

Capitulo 16- Recuerdos

Aún puedo memorar lo que ocurrió hace unos 9 años, cuando llegué a este palacio por primera vez, puedo recordar aún años más atrás, lo que fue mi primer amor, mi primer amigo incondicional y mi primer ángel guardián.
En honor a estos tres grandes amores escribí este pequeño extracto al que yo llamo novela corta, tan corta que no podría explicar en ella todo con detalle, jamás podría escribir y mostrar el todo como uno solo pues es demasiado lo que se concentra que morir de tristeza es lo que sucedería...
Mis metas tras la muerte de Loy fueron apoyar a su padre con los partidos de contraparte, puedo decir que hemos hecho un gran trabajo juntos, todo en Argelia está mucho mejor ahora y el sobrino del Rey ha venido a tomar parte del reino que hemos construido, él será el próximo Rey de Argelia, el próximo Archobarzane.
Acerca de Richard, conté la historia de todo lo que él hizo por Loy, Devany y por mi, se decidió construir una estatua en su nombre y además fundé una empresa de muebles de madera en su honor, su sueño está completo.

Un tiempo después de haber enterrado a Loy comenzó a crecer un pequeño retoño poco a poco, lo sé porque cada día desde ese terrible momento decidí visitar a Loy todas las mañanas y platicarle un poco sobre qué era de mi vida, y un día me sorprendió la plantulita verde que yacía de la tumba de mi ángel guardián, decidí cuidarla y ponerle un pequeño cercado para que nadie fuese a maltratarla, sentía como si esa fuese la presencia de mi Loy en la Tierra, y esta vez no permitiría que nadie le hiciera daño, así comenzó a crecer rápidamente y antes de darme cuenta se volvió un pequeño arbolito, con un tronco débil pero hermoso, era muy delgado, sus hojas verde limón, no era muy tupido pero si que era muy lindo.
Siguió creciendo y cada vez era un árbol más y más alto, más y más fuerte, el color del tronco era un blanquizo con rayas cafés, y ya que era mucho más fuerte decidí recargarme en él cada vez que iba y así comencé a escribir esta novela, bajo el árbol de mi Loy todas las mañanas, a veces tan solo escribía unas líneas, a veces escribía párrafos enteros pero todas las mañanas desde ese día escribía un extracto.
Y...¿Para que escribir?
Como ya sabrán, siempre quise ser una gran escritora, el título de princesa no me lo permitía debido a que estaba muy ocupada generalmente ayudando al padre de Loy o estudiando, es por ello que me centré en ésta única historia, este único relato, este único escrito, y así es como cumpliría aquel sueño que mi chica de la Luna me había mandado cuando empecé a caer en una horrible depresión...
Ella me dijo que quería leer una de mis historias, así que eso hice, todas las noches, bajo la luna blanca y brillante, leía lo que escribía en las mañanas por su incapacidad de leerlas aquí conmigo, y esto es lo último que jamás escuchará :

A mi chica de la luna:

"Frente a esta luna llena de testigo, con el corazón en la mano y con los sentimientos planeando fuera de mi ser quiero decir que jamás me volví a enamorar de nadie más, has sido la única y siempre lo serás, la culpa me enloquece, y cada día es más pesado para mi, porque por más que intento, por más que lucho, por más que saco las manos al fuego y no me quemo, no logro librarme de la muerte de tres zafiros, no logro perdonarme aunque todos lo hayan hecho, el sol gira, la Luna llega con la noche, las Estrellas vuelan, el viento sopla, y todo sucede en tan poco tiempo, que luz, nunca en mi ser vislumbra.
Veo todo a mi alrededor, veo la belleza del mundo, pero yo, simplemente siempre seré un falla en la atmósfera de la vida, siempre seré ese cuchillo que los desangró, siempre seré el asesino de las personas que más amé, y es algo que nunca perdonaré.
En las noches, a veces, los pensamientos no me dejan dormir y miro ese rosal en mi techo, veo los espirales que cada tallo forma, veo los pétalos de todas las rosas, y miro esa que destaca sobre todas... es igual en todos los sentidos, excepto que esta vez... solo reluce más por la luz de Luna que acompaña su reflejo... sin ella, la rosa no es nada, es simplemente otra en el rosal.
Intento dejar el mundo de un lado y mirar las estrellas, pero veo la luna con ellas y hay un cuchillo que se entierra en mi pecho cada vez que la miro, un cuchillo que tantas veces ha dejado una cortada y una herida que jamás sanará, porque la cicatriz seguirá ahí.
Y mientras la Tierra gire lentamente, jamás volveré a ser la misma, puedo recordar quien era yo, una gota de rocío, ahora tan solo soy una gota más del río, y por más que me esfuerce, por más que lo intente, no lograré separarme de este tumulto en el que he caído, esta enfermedad mortal que me sigue y jamás se separará de mi lado.
Miro al techo otra vez, la rosa, comienza a dejar de resplandecer, se está marchitando, lentamente, como la revolución de la Tierra, decae cual paloma moribunda, se entierra cuál oso en madriguera, se agita de un lado otro cuál de mar marea...
Oh mi chica de la Luna!
No puedo más con esta culpa, me atormenta sol y luna, semilla y flor, luz y sombra, noche y día, cada vez este cristal dentro de mi cruje un poco más, su momento de brillar ya ha pasado, solo se resquebraja y termina opaco.
Ya no hay luz en mi, y mientras yo siga viendo esta luna de plata jamas podré vivir en paz.
Es por esto, mi chica de la Luna, estoy cumpliendo tu último deseo, tu última petición, lo último que lograste pronunciar con tus labios de cereza en mi sueño, termino de escribir esta novela corta, porque al fin sé que dice en las escrituras de la puerta de mi muerte: Omne initium habet finem, lo que significa en la lengua del Castellano: Cada inicio tiene su final, y mi final es aquí, debajo de esta Luna llena y su rosal"