11. Alma rota

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                                                              AVA. 

-Nena arriba, me dijiste que estabas con dolor de cabeza y por eso no irías al instituto pero ya es más de las tres de la tarde, no puedes estar en la cama todo el día, no puedes estar sin comer- Dice mi madre tocando la puerta de mi habitación -Nena sal que tu padre nos tiene una sorpresa- Dice mi madre nuevamente al otro lado de la puerta. 

Abrazo más mi almohada, mi cuerpo duele, mi garganta duele, mi alma murió una vez más, no sabía lo que estaba sintiendo, comenzaba a no tener sentimientos, llegué a un punto donde ya no sentía dolor emocional simplemente ya no sentía nada, quedaba en blanco. 

Escucho mi móvil sonar, estiro mi mano y lo tomo, desbloqueo la pantalla, las náuseas invaden mi vientre al ver de quien se trata, un texto de Elliot.

Princesa te ganaste lo que me pediste ayer. E. 

Leo cada una de sus palabras, bloqueo mi móvil y lo dejo a un lado, aparto la sabana de mi cuerpo, con lentitud me levanto, hago un gesto ante el dolor en mi cuerpo, lentamente camino hasta mi closet, busco ropa suelta y cómoda, que logre cubrir todas las marcas que ese bastado hizo en mi cuello, mis brazos y mis piernas.

Camino hasta el baño, me observo en el espejo, mis ojos inchados y rojizos, suspiro, ya había pasado por esto, no era una imagen que me sorprendiera, comienzo a quitar mi ropa y luego me meto bajo el agua fría de la regadera.

Si de algo estaba segura es que costara lo que costara, debía terminar con esto, de todas formas mi vida no tenía sentido, ya no vivía, solo sobrevivía al día a día.

Una vez que estoy lista me dirijo a la cocina, me detengo en la sala al ver varios obsequios, frunzo mi ceño, mi madre se gira con su amplia sonrisa.

-Mira todo esto cariño, tu padre recuperó su empleo- Dice mi madre con alivio y emoción. 

Mi cuerpo se tensa, cruzo mis brazos, mi padre sonríe sentado en el sofá, el alivio en su mirada también, pero mi mirada se centra en las bolsas con obsequios.

-¿Pero porque los obsequios?- Pregunto confundida, mi voz un poco ronca debido a mi garganta que amanecio un poco inflamada, el sonríe.

-Esque ellos se equivocaron cariño, yo no era la persona que iban a despedir, entonces en forma de compensación me otorgaron una fuerte suma de dinero, así que, compre algunas cosas para ustedes- Explica mi padre.

El mundo se cae a mis pies, se que fue Elliot quien ordenó esto, el ordenó que le dieran dinero a mi padre, como si fuera un sucio pago por lo que paso anoche, mis manos se forman en puños.

-¿Como puedes aceptar esto?- Pregunto en un hilo de voz, mi padre frunce su ceño mirándome, mi madre frunce su ceño y pierde su sonrisa.

-Cariño, se que lo que ocurrió con-

-¡Basta!, ¡No lo digas!- Grito, mi garganta responde en dolor, ellos no saben nada sobre lo que ocurre con Elliot, ellos solo saben una parte y eso fue hace dos meses.

-Hija, necesitamos el dinero- Dice mi padre con voz baja, frunzo mi ceño y los miro incrédula.

-¡Soy su hija! ¡Soy su hija!... ¿Lo olvidan?, ¿Acaso olvidan lo que pasó?- Grito nuevamente, mi padre baja su mirada.

-Ava no nos hables así, somos tus padres- Dice mi madre tensa acercándose a mí.

-¿Como puedes decir que son mis padres cuando aceptan dinero de esas personas? ¿Se les olvida lo que ocurrió o acaso están agradecidos con lo que pasó porque así reciben dinero?-

PSYCHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora