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Todo el viaje en coche hacia mi casa fue en silencio absoluto.

HoSeok mantuvo su boca cerrada, mirando hacia delante y JiMin estaba observando el exterior, ligeramente temblando por el aire frío debido a que tenía solo boxers y mi chaqueta cubriendo su delicado cuerpo.

Apreté los dientes, cerrando la mandíbula tensa. El pensar en Xiumin poniendo sus manos sobre el me envió a mis extremos.

Nunca debí dejarlo entrar en el coche.

Nunca debí haber provocado que se enfadara tanto.

Debí de haberle dicho la verdad acerca de ChaeJi.

Agarré el volante con más fuerza, a pesar de todo el dolor que desprendía mi cuerpo. Pude haber golpeado a Kim hasta la saciedad, pero el me hizo algo de daño también.

HoSeok me miró, enviándome una mirada de tristeza, y comprensión, este chico me tenía mal, aún.

Sacudí la cabeza, tratando de dejar esos recuerdos en el pasado.

Todo lo que podía pensar era en matar al hijo de puta de Kim Xiumin, hacerle pagar por todo lo que le hizo a JiMin y debí haberlo hecho pero no pude. No cuando JiMin me estaba pidiendo que no lo hiciera.
Hubiera sido una cosa si se tratara de algo sin planear, espontáneo, pero esta noche .....era diferente. El estaba asustado, sin camisa, sin jeans, con moretones, cortes y desesperado por salir y no me atreví a molestarlo aún más.

Al doblar una esquina, me tomó unos minutos más antes de que condujera rápidamente por el camino que llevaba a la casa y detuve el coche. Me recosté en mi asiento, dejando que mi cabeza cayera hacia atrás contra el reposo.

El rugido suave del coche era el único sonido que se oía entre nosotros, todo lo que podía hacer que una persona se volviera loca.

JHope me miró una vez más antes de hacer un movimiento de cabeza y darme una palmadita en el hombro pasando un poco su dedo índice contra mi mejilla, abrió la puerta del coche, cerrandola detrás de él antes de desaparecer en la oscuridad.

Yo mantuve la boca cerrada, sin saber que decir en ese punto.

Oí movimientos desde la parte de atrás, pero decidí ignorarlo.

Yo solo quería cerrar los ojos y desaparecer para siempre. Tal vez de esa manera todo volvería a la normalidad y JiMin estaría fuera de peligro.

Después de unos minutos, decidí que sería mejor que dijera algo, cualquier cosa con tal de evitar el silencio.

- Quieres ir a casa? O...

Esperé una respuesta, golpeando mis dedos en el volante.

- No - JiMin murmuró en voz baja - no puedo dejar que mis padres me vean así... - susurró.

Asentí con la cabeza, inclinándome y tomando las llaves de la ranura. Abriendo la puerta del coche, lo cerré de un portazo antes de hacer mi camino hacía el lado de mi pastelito. Tirando del mango, me agaché al nivel de el.

Le acaricié la mejilla ligeramente antes de deslizar mis brazos por debajo de sus piernas y cintura, para luego levantarlo y cerrar la puerta con mi cadera, caminando hacia el sendero que conducía a la puerta principal.

Para mi suerte, ya estaba abierta ligeramente. La abrí un poco más con mi pie, caminé dentro de la casa y subí las escaleras, ni siquiera molestándome en ver si los chicos estaban allí o no.

Aproximándome por el pasillo, abrí la puerta de mi habitación antes de caminar adentro y senté a JiMin en mi cama. Lo miré antes de suspirar y me alejé otra vez hacia la puerta, para cerrarla con suavidad.


×D A N G E R× [YoonMin] +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora