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Me quedé mirando el mensaje de Valentín en mi celular.

"Hola, todo bien? Soy Valentín."

Me sentía rara al saber que Valentín Oliva me estaba tratando bien.
Más que nada, me daba asco y un poco de miedo. Aunque ya no era la Sirena de diecisiete años que me dejaba hacer de todo, recordar todo lo que me hicieron me causaba terror y tener a Valentín adelante mío me revolvía el estómago. Tenía miedo de las palabras que puedan llegar a salir de su boca porque cada vez que él se dirigía a mi persona siempre era para insultarme y hacerme sentir menos.

También sabía que si me metía con Valentín para boludearlo, podía salir mal. Estaba segura de que él sintió algún tipo de conexión cuando estábamos en el boliche y eso me hacía dudar muchísimo sobre si contestarle o no.
Pero por otro lado, las chicas tenían razón, no pierdo nada en hacer esto. Me puedo divertir un rato y listo...

Empecé a recordar todo lo que Valentín me hizo sufrir en la escuela. Cada imagen llegaba rápido y me daba mucha bronca e impotencia, las vista se me empezó a empañar y lo único que podía pensar era en lo mucho que odiaba a Valentín.

"Hola, todo bien, vos?"

Fue mi respuesta mientras me sacaba las lágrimas de mis mejillas.
Valentín va a caer, va a sufrir y me va a pedir de rodilla que me quede con él. Es mi momento y no lo voy a desperdiciar. Si le queda un poco de inteligencia en su cerebro de mono estupido, se va a alejar de mi, pero lo dudo.

Terminamos hablando toda la tarde, intentaba contestarle de manera cortante y funcionaba bastante. Se notaba que era un chamuyero tremendo porque el pibe la estaba remando en dulce de leche, no tenía sentido alguno que me siga sacando tema de conversación después de que yo le contestara un "jaja".
Estaba claro que el autoestima lo tenía bien alto también por las pelotudeces que escribía.

Decidí abrir Instagram y revisarle el perfil a Samira a ver que es de su vida y si hay algún indicio de cuando corto con Valentín.
Definitivamente sigue siendo igual de pelotuda. Miré primero sus historias destacadas para ver que hacía y ahí me di cuenta de que no cambió tanto.
Tuve que bajar mucho para poder llegar a ver sus fotos de cuando ibamos a la escuela y por lo que pude deducir, cortaron mas o menos diez meses después de terminar las clases. Una pena porque eran tal para cuál.

Valentín me había invitado a hacer algo en la madrugada, dar una vuelta o algo así, y tenía miedo. Prefería que nos veamos en un lugar público y con gente.
A pesar de que él no sabía quien era yo, yo si se quien es él y eso me da miedo. Todavía le tengo miedo, pero también me asusta el hecho de que en algún punto quiera tocarme o besarme y ponerme a temblar o a llorar.
No era cuestión solamente de verlo o no, tenía que pensarlo dos veces antes de hacer algo. Claramente no puedo hablar con mi psicóloga porque se que me va a retar y me va a decir que no lo vea, que me va a hacer mal y que no está bien lo que quiero hacer, pero ahora ya había entrado en este juego que solo yo se que estamos jugando y no quiero salir.

—¿Pía?— Dije cuando atendió.

—Mhm —escuché del otro lado y un bostezo.

—Ay, perdón, te desperté. —Dije apenada.

—No pasa nada boluda, ¿qué pasa?

—Valentín me invitó a hacer algo.

—¿Qué le querés decir?

—No se, por eso te llamo. Tengo miedo.

—Es que iba a pasar en algun momento. Estaba claro que se iban a ver en algún momento, Kela.

—Ya se, pero pensé que iba a estar lista.— Me mordí el labio.

—Bueno, decile que no y se ven otro día, capaz que mas adelante si podes.— Asenti. —Kela, escuchame, no quiero que te haga mal esto. Me parece una idea re copada, no te voy a mentir porque yo también tengo alma de mala, pero ¿Te hace bien a vos?¿No vas a estar mal de nuevo? Pensa en eso también, sos mas importante vos y que estés bien a que hacerle mal a un tipo que ni merece que le des ni la hora.

—Te amo, Pipi.— Sonreí.  —Gracias amiga.

—No pasa nada bella, estoy acá para lo que quieras. Y si necesitas armar un plan malvado te ayudo, auch.

—¿Estás con Fabio? —Me reí.

—Si, pellizcó porque dice que no hace falta tanta maldad. —Se rió. —Pobre, ¿Le cuento?

—Si, así entiende porque tanta maldad.— Me reí también.

—Bueno, avisame cual es tu decisión asi estamos en contacto cualquier cosa que pase.

—Dale, gracias, te amo, nos vemos. —Le tiré un beso.

—Nos vemos, te amo más.—  Corté la llamada y miré el chat de Valentín todavía con la pregunta.

Tomé mucho aire y lo dejé salir por mi boca. Tomé coraje y le contesté que si.

💫

Gracias Billie Eilish por la inspiración que Dior te bendiga

revenge ; wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora