—¿Querés tomar algo?— Me preguntó al oído y negué con una sonrisa.
Estaba claro que él no iba a tomar porque estaba con el auto, y yo no iba a hacer ningún papelón, además seguía bastante nerviosa por la gente que había ahí.
Tenía miedo de que de verdad aparezcan los amigos de Valentín con los que salió a bailar el día que Samira casi nos mata a los dos.
Se hicieron las cuatro de la madrugada y Valentín ya se quería ir. Me pareció bien, ya que me sentía un poco incómoda aunque me incluyeran demasiado. Pero por suerte, nadie que conociera había ido y me calmaba bastante.
Saludamos a todos y salimos para subirnos rápido al auto.
—¿Querés ir a mi casa?
—Dale, quiero ver a Bananas y Cocos. —Sonreí.
—Kela sobre lo último que pasó...
—Si Valen, perdón. En serio, paniquie y actué impulsivamente. Yo... bueno, eh...no te mentí cuando dije que tenía miedo y que me lastimaron y muchas veces me cuesta por eso mismo. —No quería llorar.
—Te entiendo... yo no la pasé bien con mi ex. Me lastimó mucho también, y por eso te entiendo. Pero no vale la pena cerrarse así, porque siento que vale la pena conocerte y por eso no puedo dejar de hablar con vos.
Lo miro bastante sorprendida y con ganas de llorar. La misma persona que me denigraba de ocho a doce del medio día, ahora, me decía que quería estar conmigo. Suspire. Lo veía tan real...
Y es que por segundos dejaba llevarme por sus palabras, porque nunca me habia dicho este tipo de cosas... pero venían del mismísimo Valentín Oliva. ¿Cómo las tomaba?
—Es que... —suspire. —me gustaría que hagamos las cosas lento, nada de apurarse ni nada de eso. ¿Si? No es que no me intereses pero tengo mis miedos.— Digo tratando de sonar lo más sincera posible.
Él sonríe y asiente.
Llegamos a su casa y subimos y lo primero que quiero hacer es ver a sus perritos.
Los veo mucho más grandes y saltandome para saludar super contentos. Sonrió ampliamente y los abrazo como puedo porque no paran de moverse.
—Igual ni quería que me saluden.— Dijo Valentin entrando y caminando hacia el sillón.
Los cachorros lo escucharon y salieron corriendo para saludar a su dueño.
Me levanté del piso y caminé hasta donde estaba él que jugaba con los perritos y se veía muy tierno.
También se levantó del piso y me miró, todavía con una sonrisa en la cara y yo, también sonriendo me acerqué a abrazarlo. Y sentí como mi corazón se paró un segundo al sentir como los brazos de Valentín me rodeaban y apretaban contra su cuerpo. Seguí sonriendo e inhalando su perfume. ¿Era tan malo olvidarme de todo un segundo y disfrutar eso? ¿Qué tan culpable me podía sentir después? Necesitaba dejar de pensar.
Nos separamos y nos miramos unos segundos, para después darnos un beso pequeño, que hizo que necesite más.
Esta vez, me acerqué yo a su boca, para sentirla más sobre la mía.
Nuestras lenguas comenzaron a jugar una con la otra, volviendo el ambiente más pesado al igual que nuestras respiraciones.
Bajó sus manos hacia mi culo y lo apretó y dejó caricias sobre este mientras seguíamos en el beso. Bajo su cabeza a mi cuello, el cual dejaba algunos besos humedos, volviendo loca mi respiración y aumentando la temperatura de mi cuerpo.
Él se mordió el labio y me llevó hasta su cuarto y cerró la puerta.
Se sacó la remera, así de una y me reí. Yo me saqué la campera y el top, quedando en tetas porque quien se pone corpiño, una psicópata seguro.
Él las miro y suspiró, no esperaba que me sacara todo tan rápido supongo. Se acercó y empezó a apretarlas mientras me seguía besando y se me escapaban algunos gemidos en su boca al apretar mis pezones.
Me saqué los zapatos con los mismos pies y el hizo lo mismo. Empece a desabrochar su pantalón y tocandolo por encima de la tela, sus suspiros chocaban en mi cara y sus ojos cerrados y él mordiendose los labios era algo hermoso.
Terminé de bajarle el cierre y se bajó los pantalones, mientras yo me sacaba los míos.
Lo empuje suavemente a la cama y me miró mientras yo ponía una rodilla de cada lado de su cintura, para luego, sentarme despacio en un erección, gimió al sentir mi zona caliente y yo me mordí el labio. Me miró desde ahí abajo y después se sentó para poder meter en su boca una teta mía y mordela y lamerla, haciendo que salgan gemidos de mi boca y moviéndome despacio sobre él.
Varios minutos después, yo no daba más y al parecer Valentín tampoco, así que saque mis rodillas de sus costados y me saque la tanga, Valentín me miraba, miraba cada movimiento que hacía, y me mataba. Se sacó el bóxer y agarró un forro y se lo puso.
Esta vez, quede yo abajo y él se acomodó entre mis piernas.
Pasó su mano por mi zona, haciendo que arquee un poco la espalda ante su contacto y vio lo mojada que estaba, me sonrió y me mordi el labio.
—Valen. —Llegué a murmurar para que se apure.
—¿Qué pasa?— Dijo sonriendo.
No quería jugar ahora ¿o si?
—Dale, Valen.— Me quejé.
—¿Qué hago?— Lo miré mal.
—No, no hagas nada. Nada que mis dedos no puedan arreglar. —Sonreí.
Me chupe dos dedos y atine a bajarlos para metermelos y él me agarro la mano, con una mirada totalmente lujuriosa que nunca había visto la alejo de mi zona y me penetró de una.
Gemí, porque no me lo esperaba y porque era lo que más quería. Empezó a embestir de a poco, hasta que la intensidad cambió a más fuerte y nuestros cuerpos chocando y nuestros gemidos intermitentes eran lo único que se escuchaba en el cuarto.
(...)
Sus dedos se paseaban por mi espalda desnuda, haciéndome cosquillas y que me estremezca.
Cerré los ojos, porque estaba a segundos de volver a pensar y no tenía ganas de pensar. Porque me iba a asustar, porque estaba tan vulnerable en esos momentos que si me maquinaba un segundo, todo se iba a ir a la mierda.
Cerré los ojos y abracé bien a Valentin para poder dormir bien y con el corazón de Valentin latiendo de fondo, me dormí.
💫
Uf y esta fic que onda dea
No me pregunten por qué me pintó actualizar esta, pero es un cap re picante para compensar la ausencia de como 7 meses jsjs perdón gente
