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12 años y cinco meses en el infierno
Rose miro por la ventana de su habitación sintiendo cierta nostalgia, pero también alivió de que ese momento iba a ser su ultimo en esa casa. No iba a extrañar el olor de polvo, humedad y sangre que se fundía por todo el corredor hasta las escaleras, ni los escalones que si los pisabas con fuerza en un apuro rechinaban terriblemente. Tampoco el pequeño refrigerador de la cocina o la poca distancia entre cuartos.
Lo que si extrañaría era arrimarse en su ventana y poder ver el bosque cubierto en neblina y dibujar en el vidrio de la ventana cuando se empañaba por el frío. Podía estar ahí por horas, sintiendo completa paz.
-¿estas lista?-Jayden entro a la habitación con su maleta en mano. Rose aparto la mirada de la ventana y lo miro con una leve sonrisa.
Ya se encontraba vestido con una chaqueta, con la capucha ya sobre su cabeza. En su pantalón se hallaban guindados de forma disimulada varios pequeños cuchillos al igual que en su brazo derecho. Estaba listo para el matadero.
Seguramente pudo notar su mirada perdida pues se acerco y coloco una mano en su cuello—¿todo bien?—pregunto con cierta preocupación-ya Mellie y Maxon están bajando, ¿hiciste tu maleta?—
Rose asintió con la cabeza y sin pensarlo mucho busco sus labios. Jayden sonrió en medio beso cuando sus bocas se hundían profundamente la una en la otra, la atrajo hacía su pecho con sus manos alrededor de su espalda. Rose paso sus dedos por su cabello mientras que su otra mano reposaba en su cuello. Ella siempre sentía cierta electricidad adictiva cuando se besaban, pero esa vez era mas fuerte que nunca.
Ese era el día, se iban al otro lado. Después de tantos años iba a volver a la tierra, pero no como ella misma. Ella había cambiado y esperaba que las personas en el otro lado estuvieran preparadas para eso. Aunque no pudiera recordar mucho de su pasado estando viva pequeñas imágenes borrosas se acumulaban en su mente cuando lo pensaba. Letreros diciendo California y Virginia.
Podía deducir que había estado en esos dos lugares y ya que eran los únicos que recordaba, seguramente por mucho tiempo. Se veía a si misma en un casa, mas bien una mansion. Un leve aroma de alcohol y paredes de madera. Sentía el calor de una chimenea prendida y varios estantes de libros a su alrededor. Si seguía caminando veía personas pero no sus rastros, solo personas.
Pasaba sus manos por si cabello y era diferente a como estaba actualmente. Mas corto y ondas fuertemente formadas. Llevaba puesto una camiseta cuello de tortuga blanca que llegaba hasta sus caderas y un pantalón negro. Sus dedos recorrieron su rostro y podia sentir su piel mas suave. Se sentía incluso diferente a como era fuera de su mente. Era como si una extraña fuera la que estaba en los recuerdos.
