capítulo 8: Noviazgo

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Todo seguía igual, con nuestro nueva rutina, hasta que cumplí 10 años, faltaban dos meses para el cumpleaños trece de Elle, él y yo seguíamos resolviendo casos, obviamente los de él eran más complejos que los míos, pero, aunque muy lento, iba mejorando en mis investigaciones, lo hacía más por hobbie que por oficio, mi amistad con Elle mejoró desde que compartimos cuarto, incluso he tomado costumbres de él, el dormir ya era poco para ambos, el apenas dormía 2 horas y yo 4, por lo que las ojeras ya estaban pronunciadas en mi rostro. También mi apariencia cambió un poco, aún usaba vestidos, sin embargo cambió el estilo, ahora gustaba de usar vestidos floreados y con un poco de vuelo en la falda, ahora usaba zapatos de charol, tenía unos negros y otros blancos, mi cabello ya no lo ataba en dos coletas sino que era una media coleta, en fin, cambios acorde a la edad.

Una noche, como era costumbre, Elle resolvía los simulacros de casos comiendo dulces frente a su computadora, mientras yo leía y comía Pringles acostada en la cama de arriba.

-Salgamos al jardín- Dijo Elle con la mirada fija al ordenador y poniendo el pulgar en su labios.

-Eso extraño que lo pidas ¿Sabes?- bajé el libro que leía para observar su espalda.

-Quiero decirte algo, pero me gustaría estar fuera mientras lo hago -volteó la silla para verme.

-¿Es tan importante como para dejar tus casos? -asintió.

Salimos al jardín y nos sentamos como gente civilizada en los columpios.

-¿Y bien?

-Me gustas

-¿Q-qué?- me ruboricé un poco, había leído romance pero no creí vivirlo tan pronto.

-Me gustas, siempre me pareciste alguien interesante, tan joven y tan inteligente, te conocí y cada cosa de ti me gusta, tu vestimenta, tu inocencia, tu forma de ver la vida, tu extraña manera de sentarte, simplemente todo.

Era la más bella confesión que cualquier escritor había plasmado en las letras, sin embargo el rostro de Elle no mostraba emoción alguna, solo estaba su rostro frío y calculador de siempre, siempre siendo sincero, sin rodeos, expresando sus pensamientos y sentimientos como si fuera lo más natural, tal ves lo sea y los humanos nos complicamos todo haciendo un drama.

No podía negarlo, él también me gustaba, su rostro serio, sus raras manías, el como conversaba, él era muy diferente a todos, sensible a su contexto pero frío en sus expresiones, simplemente me parecía el ser humano más sincero, primeramente con él y después con los que lo rodean.

-V-vaya, eso sí que es una sorpresa.- dije aún ruborizada.

-Sé mi novia.

-¿Es una orden o una petición?.- dije con una sonrisa burlona volteando a ver su rostro de perfil.

-Es un deseo.- dijo volteandome a ver haciendo contacto visual.

-Pu-pues, deseo concedido.- dije con una sonrisa incrédula y un carmesí en mis mejillas.

-Te ves linda así.- acarició torpemente mi mejilla con su dedo índice. Frío.

-Calla

-Siempre evadiendo lo que te apena, lo que te asusta, descuida, te voy a cuidar.- tomó mi rostro entre sus manos, manos frías.

-Para.- Desvíe la mirada.- es solo que, somos simples niños, ¿Cómo sabes si esto es real o solo es una emoción pasajera?

-Fácil, si no creyeras que es real no habrías aceptado.

Era verdad, uno no acepta cuando no se tiene la certeza de algo, al menos yo no lo hago, este chico me conoce bien,  sabe bien que cuando acepto algo es porque estoy decidida, porque lo había pensado, porque estaba razonado, y así fue, llevaba tiempo pensando en lo que sentía por él, dudé por la edad pero, qué importa eso, es solo un número, una cifra que facilita la vida.

Tal vez es que dejamos de ser niños sin darnos cuenta, físicamente teníamos 10 y 12 años, pero la vida fue tan terriblemente buena que con tragedias nos hizo madurar con rapidez, por fortuna o por desgracia.

De pronto Elle tomó mi mano, hasta ese momento me había perdido entre mis pensamientos, colocó una pulsera en ella, era una pulsera tejida a mano con un dije de luciérnaga con una "L" tallada en el centro.

-Conserva esta pulsera como yo he conservado la tuya.- dijo mientras subía la manga de su playera dejando ver la pulsera, no creí que aún conservará esa pulsera hecha con torpeza.

Luego de esa confesión y esa propuesta estuvimos un tiempo balanceandonos en los columpios tomados inocentemente de las manos, el tacto era frío, pero un frío que transmitía calidez al alma, hasta que decidimos entrar para dormir.

Al siguiente día despertamos y luego de alistarnos fuimos a la biblioteca, luego de mucho tiempo, años, decidimos tomar el desayuno allí, esperamos a Wammy sentados con nuestras extrañas formas de hacerlo, uno frente del otro, mientras yo leía un libro de romance y Elle formaba una torre con los empaques de sus dulces, entonces Wammy llegó.

-¿Qué tal le fue ayer, joven Elle?- ahí estaba su sonrisa tan bella, tan paternal.

- Aquí está la respuesta- dijo tomando con un poco de salvajismo la mano donde tenía la pulsera y se la mostró a Wammy.

-Felicidades jóvenes.- dicho esto sirvió los desayunos.

Cuando terminamos el desayuno Elle se fue a la habitación y yo fui a la habitación de Beyond y Alex. Al llegar estaban jugando Jenga en el suelo.

-¡Ah! Hola ______ pasa, juega con nosotros.- dijo el amable Alex que conocía.

-Gracias.- tomé asiento entre Alex y Beyond.

El juego comenzó, mi turno era el último.

Aún no podía creer que era novia de Elle, era algo que había soñado muchas veces, leía mis libros de romance y siempre me imaginé dentro de uno con Elle como mi príncipe y se ehizo realidad.

-¡Hey! Sigues, te perdiste en tus pensamientos.- la voz de Beyond distrajo mis pensamientos.

-Perdon, ya lo muevo.- saqué una pieza y la puse sobre la torre.

-Dime la valencia correspondiente a un compuesto de Hidrógeno y carbono.- Alex siempre con sus preguntas tan científicas.

-Cien.- dije distraída.

-¿Que te pasa? Estás demasiado distraída -perdón Beyond por distraer tu juego.

- Perdón, es solo que aún no puedo creerlo.

- ¿Descubriste como viajar de un punto a otro sin tener que usar algún transporte?

- No, Alexander Ryuuzaga, no todos pasan día y noche experimentando como tú... es solo que, ayer en la noche, Elle me pidió ser su novia.

-¿Son novios?- Beyond había cambiado su actitud, ahora hablaba con molestia en su tono de voz.

-Sí.

-¡Felicidades, _____! Yo sé que todo irá bien entre ustedes.- Alex me envolvió en una de sus acostumbrados abrazos.

-Gracias Alex.

-Sí, sí, que bueno, sigamos con el juego.- desde ese momento Beyond cambió, no era el mismo conmigo.

El tiempo pasó y las cosas entre Elle y yo iban mejorando, era maravilloso tener de novio a un futuro detective. Por otro lado, desde el día en que Beyond supo de mi relación con Elle cambio demasiado, dejó de buscar a Elle, y por poco deja de hablarme si no fuera porque Alex aún me hablaba como siempre. A pesar de la lejanía de Beyond nunca me separé de él, aún lo buscaba para jugar pero no accedía, en cambio mi cercanía con Alex aumentó e incluso le ayudaba con su obsesión por experimentar con diversos elementos químicos.

Death Note: Todo por una apuesta (L Lawliet y Tu) [corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora