capítulo 30: Descubriendo la verdad.

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-¿Tu apellido es Yorugami?- dije saliendo del transe pero aún con la impresión apoderándose de mi.

- En verdad se nota que no eres japonesa, se lee Yagami, pero si, ese es mi apellido.- luego mostró una cara de vergüenza.- es cierto no me presenté, mi nombre es Sayu, Sayu Yagami.- terminó lo dicho con una reverencia a la cual imité.

- Tampoco yo me presenté, mi nombre es ______ Vonette, mucho gusto.- mi rostro aún mostraba la impresión de su apellido, las palabras no lograban salir con facilidad de mis labios, no podía ordenar mis ideas, ¿Cómo podría preguntar algo sobre mi familia a una completa desconocida? Y peor aún cuando ni siquiera tengo conocimiento de lo que fue mi familia, era tonto el simple hecho de pensarlo.

Entonces sin darme cuenta, la pequeña ya había llamado a la puerta y ahora estaba en ella una mujer, parecía ser su madre, y detrás de ella estaba un joven de cabellos castaños, su hermano quizá.

- Mamá, ya estoy en casa.- ¡Bingo! Si era su madre, luego Sayu se abalanzó a su madre en volviendola en un abrazo más que de cariño de alivio por volver a casa.

- ¿Cuántas veces te he dicho que no te apartes del grupo?- interrumpió el castaño que estaba tras de ellas, parecía estar enojado pues su entrecejo estaba demasiado tenso, algo que lo hacía ver tierno por su corta edad.

- Lo se hermano, solo me distraje un minuto y no los vi más.- se soltó del agarré de su madre y fue a abrazar a su hermano quién correspondió quitando así su rostro de enfado.

Para entonces comencé a girar en mi eje quedando de espaldas a la casa, estaba caminando hacia el exterior para dirigirme a mi casa, la noche ya estaba cerca y quería descansar antes de trabajar mañana, sin embargo una dulce voz, la de Sayu, me detuvo.

- Quédese a cenar señorita.- estaba ya a mi lado tomándome del brazo.

-Muchas gracias Sayu, pero debo ir a casa.

-Vamos señorita, es lo mínimo que puedo hacer para agradecer lo que ha hecho por mí pequeña.- era la madre quien hablaba ahora, cuando aún les daba la espalda decidí voltear a verlas.

Entonces los rostros de las dos mujeres me conmovieron y acepté, entré a la casa y junto a los chicos me senté en el comedor mientras que la madre fue a la cocina por la comida, pasados los minutos la cena estaba servida y comenzamos a comer. Por la plática que tenía la familia supe que el chico se llama Light, es muy inteligente y es el mejor de su clase, estaba a poco más de un año para entrar a la universidad, aparenta ser más joven de lo que es . A mitad de la cena la puerta se abrió.

-Estoy en casa.- era una voz masculina.

-¡Papá!- gritaron los dos chicos al mismo tiempo, luego ví aún señor con un poco de canas, aún a pesar de eso se ve que es un adulto joven, él se percató de mi presencia.

- ¡Buenas noches! ¿Es tu amiga light?- Al pasar solo se sentó en el sofá y comenzó a aflojar su corbata.

-Yo la conocí papá.- con su dulce voz Sayu le contestó a su padre.

-Oh vaya, mucho gusto.- se dirigió al comedor y la madre le sirvió la cena que gustosamente comenzó a devorar.

Así siguió la cena, los jóvenes hablaban con sus padres, Sayu cuestionándome sobre mi trabajo y otras cosas, sobre el como aprendí japonés e incluso del porqué de mis orejeras a lo cual con gusto contesté a todas sus preguntas, de un momento a otro me perdí en la conversación y mi vista se posó en un punto fijo sin percatarme cual era, estaba viendo al vacio sin escuchar nada ni ver nada, cuando mi ser volvió a mi noté algo, mi vista estaba clavada en una fotografía en uno de los muebles del hogar, en esa foto habían dos jóvenes, una chica y un chico, entonces me percaté que la muchacha se parecía a mi madre, sus ojos dulces me incitaban a verla más de cerca, sin previo aviso me levanté de mi lugar y tomé la foto, ahí reconocí que efectivamente era mi madre, que como en la foto que recuerdo del campo aquí también se le veía embarazada.

Death Note: Todo por una apuesta (L Lawliet y Tu) [corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora