Capítulo 60: Serendipia (final).

1.3K 70 151
                                    

Al girar sobre mi me encontré de frente con aquel hombre de tez pálida que por años ocupaba espacio entre mis pensamientos, sueños y motivaciones, aquel ser que a pesar de los años amaba, un recuerdo que nunca pude olvidar, el primer y verdadero amor de mi vida. Su cabello oscuro cual noche, alborotado, sus ojos profundos y aquella postura tan común en él permanecían intactos.

Permanecía estática ante aquella imagen, mi respiración se entrecortaba, mis labios temblaban y mi cuerpo perdía calor, ¿Era real? Tal vez era solo producto de mi imaginación, pero no podía comprobarlo, mi cuerpo no respondía a mis órdenes.

Lo ví moverse, poco a poco se acercaba más a mí, extendió su mano y con delicadeza acarició mi mejilla, una cálida caricia que parecía irreal.

- Todo acabó.

Con desespero tomó mi cuerpo entre sus brazos, un abrazo que decía más que mil palabras. Sin pensar más me colgué de su cuello y una avalancha de emociones se liberaron a través de mi ojos, podía sentir como su camisa se humedecía más a cada segundo, pero no era la única llorando, mi blusa comenzaba a empaparse de aquella tristeza que lo apoderaba y sus manos estrujaban mi espalda con delicadeza, un acto que parecía no querer terminar y qué hacía que todo alrededor quedase en segundo plano, un acto que incluso me hizo olvidar por unos minutos el cuerpo inherte de Light

Habían muchas interrogantes por resolver, ¿Cómo estaba vivo? ¿Qué hacía ahí? Y muchas más, pero no importaba en ese momento, solo quería abrazarlo de tal manera que nunca se fuera de nuevo, aunque probablemente ese acto fuera egoísta. Habían pasado cinco años desde la última vez que lo ví, cinco años dónde creí que estaba muerto, cinco años lejos uno del otro, probablemente había hecho su vida, se había casado, tenía hijos y simplemente había ido a concluir el caso, esos pensamientos martillaban mi mente y hacían de aquel cálido abrazo uno infernal.

-¿Cómo volviste?- titubeé mientras con mis manos apartaba mi cuerpo del suyo- ¿Por qué estás aquí?- cierto descontento y enojo coloreaban mis palabras.

- Tu me volviste a la vida.- Dijo con un rostro más neutro, secando sus lágrimas con las mangas de su camisa.- Me llevaste a cruzar la luz.

Nuevamente aquella extraña luz se veía relacionada conmigo, ¿En verdad era un limbo? ¿A caso tenía el poder de revivir personas? Probablemente solo era un milagro. Verlo ahí era tan irreal, ¿Y si era solo producto de mi imaginación? Nuevamente rompí en llanto.

- Ya todo está bien.- dijo L intentando acercarse pero retrocedí.

- Ha pasado mucho tiempo.- Esta vez mis palabras salían con temor, temor a que aquello no fuese más que una ilusión.

- ¿Cumpliste mi petición?- lo miré con duda.- ¿Te has casado? ¿Has formado una familia? ¿Estás viendo a alguien?- Preguntaba todo aquello y parecía ignorar el temor que era evidente en mí.

- ¿Cómo podría hacerlo si todas las noches me visita tu recuerdo?- dije aún con lágrimas corriendo por mi rostro, a lo cual esbozó una sonrisa que logró confundirme aún más.

- Me alegra oír eso, en realidad- dijo mientras daba pasos acercándose más a mí.- tampoco pude hacerlo, ni siquiera conocí a alguien más... Lo que dije... Solo fue un formalismo, una cortesía, mi deseo era que me amaras y que ningún otro chico ocupará tu corazón, pero eso sería muy egoísta para alguien que estaba a punto de morir...- la distancia entre nosotros era casi nula, un paso más y caería nuevamente a sus brazos, estaba atónita ante esas palabras.- Desde aquel día en que me regresaste a la vida, no he deseado otra cosa más que permanecer en tu corazón aún si nunca te volvía a ver, no perdía la esperanza en que el destino nos uniera de nueva cuenta.

Death Note: Todo por una apuesta (L Lawliet y Tu) [corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora