Vueltas del destino [Ghiralink]

El inicio de los problemas.

~Siguiente capítulo, advierto que aquí, las cosas se ponen más delicadas D: así que, quedan advertidos~

Después de aquel día, Link se encontró hablando más seguido con Grahim, además de sus insinuaciones y abrazos, hablaban de cosas de trabajo, Link se impresionó que Grahim fuera tan cuidadoso y dedicado a su trabajo. Sus trabajadores eran eficaces y leales, aunque parecían tenerle cierto grado de temor, podía verse que confiaban en él. Conoció su empresa, quedando impresionado por el tamaño de esta, si su casa era grande, la empresa era el doble.

—Debo decir que me impresionas, Sky Child, eres muy rápido aprendiendo — Grahim venía con un brazo por encima de sus hombros, pegándolo más de lo que Link hubiera querido, a su cuerpo - Pero no logras ganarle a Rei, el aprendió demasiado rápido.

El mencionado rio levemente y agradeció con la mirada — Gracias...

Otro mes se había ido en todo aquello, y Link, podía decirse que conocía demasiado bien a Grahim, sabía cómo era su personalidad justo antes de explotar, sabía que debía esconderse o alejarse cada que se ponía así. Conocía cuales eran las debilidades y entre ellas, figuraba Link y Vaati. Al primero, parecía tener una fuerte atracción, por el segundo, al ser su último familiar, le guardaba un afecto especial, aunque jamás lo aceptarían, Grahim consideraba como un hijo a Vaati.

— ¡Link, Link! — Vaati llegó corriendo a su lado — ¿Este es el número de Zelda?

Link miró con sorpresa el teléfono que Vaati le mostraba — ¿Cómo lo has conseguido? — Preguntó.

—Eso es un sí — Contestó orgulloso — Grahim no es el único con contactos aquí.

Link rio, imaginaba la expresión de Zelda al recibir un mensaje de Vaati. Seguramente sería muy entretenida.

—A ti te hace falta un teléfono, vamos a conseguirte uno.

—No es necesario, no lo necesito.

—Imposible, debes de tener uno y esa es la última palabra.

Link suspiró con resignación, otra de las cosas que había aprendido era que Grahim era increíblemente terco, cuando decía algo, así debía ser.

Salieron de la mansión y fueron al centro comercial donde se había reencontrado con Zelda, Grahim era quien lo iba guiando, no parecía necesitar la opinión de Link.

—Mira, este podría servirte — Le enseñó uno que fácilmente podía medir lo mismo que la mitad de una regla.

—¡Es enorme! — Link negó.

—Entonces, escoge tú.

—Te he dicho que no lo necesito.

—No me desobedezcas, ¿o acaso quieres pagar las consecuencias? — Grahim lo abrazó, pegándolo casi completamente a él.

—¡Deja de ser un pervertido! — Murmuró, viendo que algunos curiosos los observaban — Lo escogeré, ahora quítate.

Grahim plantó un beso en su frente mientras lo soltaba — Recuerda, no prestes atención al dinero.

Link empezó a dar vueltas por el lugar, intentando encontrar uno que no fuera más grande que su mano o que simplemente no se viera tan lujoso. Finalmente encontró uno de tamaño medio, era de color negro y tenía cosas básicas, nada extravagante — Este — Dijo, sintiéndose como un niño a quien le comprarán un juguete nuevo.

—Gracias, lo pagaré — Susurró una vez Grahim término de pagar.

—No digas tonterías — Grahim caminó hasta una pequeña parte expuesta del centro comercial, el clima estaba templado y era agradable estar afuera.