Una luz en la obscuridad.

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~Lectores queridos, parece que mi bloqueo está pasando y las ideas vuelven a fluir. Solo que ahora las tengo revueltas e.e Once historias se amontonan en mi cabeza y es un lío.

(Hago el breve recordatorio de que estaba total e irreversiblemente bloequeada)

En fin, disculpenme de nuevo por la tardanza y espero este capítulo les guste n.n

Enjoy!~

Una sonrisa aún más desagradable que las anteriores afloró en los labios del heraldo —¿Estás seguro?

—Sí, ahora déjalos en paz —Grahim caminó hasta él y le arrebató la cuerda, soltándola para que Vaati pudiera bajar los brazos, desató rápidamente sus pies y manos, notando que parecía haber caído inconsciente—. Rei, ayúdale.

El chico corrió hasta él y cargó a Vaati, teniendo cuidado de no tocar su brazo y demás heridas— Lord Grahim… —murmuró, no creyendo lo que había escuchado de Grahim.

El heraldo soltó a Link y le aventó hacia atrás, Link sintió que algo cayó a su lado, sin dudarlo, lo tomó rápidamente y lo escondió en la bolsa interior de su chamarra, poco le importaba no saber que era, pensaba en que podía ayudarle después—, Gra-Grahim… —murmuró, no soportando lo que había escuchado.

—Sky child —se hincó frente a él, y colocó una mano en su mejilla—, calma, estás hablando conmigo, estaré bien.

—N-No, déjame a mí, Vaati es quien debe irse pero yo puedo quedarme… —sentía la desesperación empezar a aflorar por todo su cuerpo. Ahora que sabía lo que realmente sentía por Grahim le aterraba perderlo—. Por favor.

Grahim sonrió levemente mientras se quitaba su capa roja y la colocaba sobre Link, tal y como lo había hecho el día en que lo salvó de aquellos hombres que, sin duda, habrían acabado con él mucho tiempo atrás—. Vete —le susurró mientras depositaba un beso en su frente.

—No tienes de qué preocuparte niño, tú sabes lo cuidadoso y dedicado que soy con mis invitados —poco hace falta decir que sólo hizo que un frío le recorriera la espalda —. Ahora, es hora de que las visitas se vayan, Grahim y yo tenemos mucho que discutir.

Un hombre se puso detrás de Rei, quien batallaba por no caer bajo el peso de Vaati, dando a entender con la mirada de que más les valía retirarse. Otro más jaló a Grahim hacia atrás y levantó a Link por el brazo lastimado, haciéndole soltar un quejido y que Grahim le mirar con un odio incontenible.

—Qué les vaya bien —digo con burla el heraldo mientras desaparecían en la puerta —. Ven, Grahim, tenemos que hablar. —Sin dar pie a que el otro hablara, le tomó del brazo y lo jaló, Grahim intentó soltar su brazo pero le fue imposible, por más fuerza que tuviera, aquel hombre era mucho más—. Me alegra que hayas optado por esta decisión.

—Abstente de hablarme sobre cosas ajenas al trabajo —zanjó, logrando esta vez soltar su brazo—. Me resulta lo suficientemente humillante tener que estar aquí.

—Siempre con esa actitud y manera de hablar que suena desesperado por hacer notar la abismal diferencia entre tú y el resto de las personas —dijo, acercándose a él, haciéndole dar un imperceptible paso hacia atrás—, pero al final siento que es una máscara, para ocultar tu propia debilidad.

—Vaya cosas tan incoherentes que dices, es más que claro que yo soy superior —Grahim habló con su mismo tono de voz pero el que la delgada columna en la habitación estuviera justo detrás de su espalda y que el heraldo se hubiera acercado tanto a él, le resultaba más que incómodo —. No necesito de nadie más para mostrar lo que soy, conozco mis debilidades y puedo decir que gracias a eso, soy invencible.

Vueltas del destino [Ghiralink]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora