Inseguridades.

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~Un capítulo donde se sabrán cosas que afectarán al futuro así que atentas~

Nos leemos más abajito.

Enjoy!~

La ambulancia tardó más de lo que Link estaba dispuesto a esperar, para cuando los paramédicos aparecieron, estaba por volverse loco. Grahim se notaba más débil con cada segundo, pese a los esfuerzos de la mayoría, la sangre seguía fluyendo, escapando de entre los dedos de quien ponía su mano.

Para cuando los paramédicos se acercaron al malherido hombre, Link desvió la mirada a Gaepora que acababa de volver después de haberse llevado al heraldo, buscando alguna noticia que le levantara el ánimo—. Anímate, hijo, estoy seguro de que estará bien. Es un hombre fuerte —le estiró la mano para ayudarle a ponerse de pie.

—¿Qué pasará con el heraldo? —Ignoró el dolor que sintió al ponerse de pie, realmente su cuerpo parecía estar exigiéndole que dejara de moverse de una vez por todas.

—Estará bajo arresto, estoy seguro de que podremos hacer algo más con este descubrimiento —dijo con un toque de satisfacción—. ¿No estás bien, verdad?

Link había apoyado la mano en la pared mientras veía a los paramédicos subir con cuidado a Grahim a la camilla, le preocupaba el hecho que el mencionado había caído inconsciente unos segundos antes de su llegada—. No importa, él requiere más atención que yo —murmuró.

—¿Quién será el que venga con él? —un paramédico los volteó a ver cuando terminaron de prepararle.

—Yo —Link dio un paso al frente.

—Muy bien, debemos de apresurarnos, es grave —no hizo falta decir más para que Link volviera a obligar a su cuerpo el moverse con naturalidad, todo con el fin de seguirlos y que no desviaran su atención de Grahim.

Link se encogió en el pequeño asiento que había dentro de la habitación. La cantidad de sangre que había manchado la blanca ropa de Grahim, le hacía que se lo contrajera el estómago de preocupación. Conforme los paramédicos iban cortando parte de las prendas, podía ver el estado actual de él, había muchas marcas de algo que había golpeado con todas su fuerzas la piel de su abdomen, pecho y espalda, algunas de ellas habían abierto algunas llagas. Había moretones, de distintos tamaños en sus brazos y cara, pertenecientes, supuso, al palo que había usado para protegerlo.

El miedo y preocupación tomó tintes de coraje e ira hacia aquel despreciable hombre que le había hecho eso a alguien que no tenía manera de defenderse. Deseaba hacerle pagar, que sufriera algo similar a lo que Vaati y el mismo Grahim habían vivido con él, que nunca más se entrometiera en sus vidas.

Pero eso era bajo.

Hacerle algo físico en el estado en que se encontraría, sería actuar de la misma manera en que él lo había hecho y no quería caer en la misma categoría—. Me aseguraré de que no salga de prisión —murmuró para sí, agradeciendo que nadie más le escuchara.

Cuando la ambulancia se detuvo, saltó del automóvil para agilizar la salida. Caminó detrás de la camilla, perdiéndose en sus pensamientos de nueva cuenta.

—¡Link! —el gritó le hizo dar un ligero brinco en su lugar—. ¿Qué fue lo que te dije? ¡¿Eh?!

—¡Ah! Nina yo…

—¡Nada de peros! —la chica le miró acusadoramente—. En cuanto estabilice a Grahim, pagarás. Vuelve con Vaati inmediatamente.

Link suspiró mientras caminaba hacia la habitación donde recordaba, estaba Vaati. Sentía un escalofrío recorrerle la espalda, Nina sonaba bastante capaz y según Vaati, tenía métodos poco normales de hacer las cosas.

Vueltas del destino [Ghiralink]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora