Capitulo 4: En busca de respuestas.

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Las gotas cristalinas se dispersan entre las sábanas blancas.

Mary abrió sus ojos enérgicamente con la esperanza de que todo fuera un sueño. Pero se sintió devastada al encontrarse en la floral habitación.

Escuchó unos ruidos de cajas arrastrándose en la sala.

Salió de su habitación, dejando que la puerta chirreara.

-Hola, ¿Ya te levantaste? Voy a abrir la tienda, acompaña a John en el comedor ¿sí?

Jane arrastraba una caja que parecía ser bastante pesada hasta la puerta de la tienda que estaba en el garaje.

Los cuadros ya no estaban colgados en la pared del corredor.

Mary entró a la sala y se dirigió al comedor que estaba en una esquina.

John estaba tomando café de una tasa con un estampado de lirios con el mismo estilo que el de los cuadros.

Mary se sienta frente a él y comienza a comer los huevos revueltos del plato que Jane le dejó.

-¿Cómo dormiste?- Pregunta John mirando fijamente los verdes ojos de la pequeña niña.

-Bien, ¿Por qué quitaron los cuadros?

-Jane quiere dibujar otros porque esos ya estaban muy viejos- Respondió John titubeando un poco.

-¿Viejos? Pero si el mío era de hace dos días.- Protestó Mary mirando las pupilas de John que parecían estar perdidas en algún lugar en el espacio.

John recogió los platos del desayuno, incluyendo el de Mary que aún contenía huevos en él. Los colocó en el mesón de la cocina y fue hacia la puerta del garaje, la entrada a la tienda.

-¡John!- Gritó Jane -¡Ven a ayudarme!-

John abrió la puerta introduciéndose en la tienda dejando sola a Mary en el comedor.

-Tendré que buscarlos yo misma- Dijo Mary mientras bajaba de la silla y volvía a tomar su plato del mesón.

Puerta por puerta comenzaba a abrirse, pero los cuadros no estaban en ningún lugar.

Mary empezaba a ofuscarse ¿por qué  los escondieron? ¿Por qué no respondían sus preguntas?

Subió las escaleras hacia las habitaciones.

Entró en la recamara de Jane y John, unos cuadros estaban colgados en los muros, pero no lo que ella buscaba.

Un gran armario estaba al lado de la puerta del baño, Mary lo abrió y se encontró con una cortina de ropa que corrió tirando los ganchos al suelo.

Giró el pomo de la abollada puerta que estaba detrás de la capa de ropa que intentaba ocultarla.

Bajó las deterioradas escaleras de madera y ahí estaban los cuadros pero no solo los que estaban en el pasillo, cientos más.

Niñas amarradas a arboles con flores primaverales que tapan su boca, sus ojos lloran lágrimas de sangre.

Niñas encadenadas a margaritas carmesí del tamaño de un elefante que las halan hacia una enorme sombra.

Niñas durmiendo tiernamente entre las ramas de los árboles que las atraviesan, su sangre cayendo por gotas formando flores en  el suelo.

…Flores y niñas…niñas y flores….

Mary se desmaya en los brazos de Jane, quien sonríe maliciosamente.

John está en la puerta. Las lágrimas comienzan a correr por sus mejillas.

La foto de Mary está en la multimedia ^w^

ElkieWhere stories live. Discover now