Enrollé la blanca toalla alrededor de mi cuerpo y me coloqué otra en la cabeza a modo turbante para secar este un poco. Abriste la puerta del baño tarareando una canción distraída.
-Me encanta cuando cantas.
Te llevaste una mano al pecho del susto.
-Tony, ¿que haces aquí?
-La puerta no estaba cerrada.
-Si estaba cerrada.
-Pero no cerrada del todo. –Se echó hacia atrás en mi cama mientras sacaba mi ropa interior.
-¿Que necesitas?
-Ayuda para una cosa.
-¿Que cosa mariposa?
-Pedirle una cita a una chica.
-¿Pepper?
Deje caer mi toalla, con Tony realmente me daba igual era mi mejor amigo desde siempre y me gustaba desde hace más o menos la mitad de ese tiempo así que porque no aprovechar mis buenas armas.
-Quizás quien sabe.
Coloque mi ropa interior y cogí una de sus camisetas que me había dado anteriormente.
-Eso es que es ella. –Me tumbe de un salto en la cama para luego arrastrarme hasta apoyarme de lado justo a su lado y mirarle.
-¿Como te gustaría que te pidieran salir?
-Tendría que ser espontáneo supongo no lo sé. Siempre he odiado eso de planear las cosas así que me gustaría que fuera random.
-Vale, entonces Samantha, ¿quieres salir este viernes en una cita formal con el hombre más guapo de Nueva York?
Abrí mis ojos y me mire sonriendo.
-El segundo hombre más guapo.
Me levante de la cama para apoyarme en una postura bastante sexi en mi cómoda. Tony se levantó como una fiera de la cama y se acercó a mi. Agarro mi cintura pegándome a su pecho.
-No has respondido a mi pregunta cariño.
Deje un pico en sus labios y me escape de sus brazos corriendo hacia mi puerta.
-No llegues tarde. –Le guiñe el ojo y salí corriendo de allí para contárselo todo a Natasha.