Pedido para Maitpb
El famoso y conocido Spiderman estaba pasando aquella noche de sábado noche encerrado en su casa intentando hacer una pizza casera. Sin duda la cocina no era su don, quizás salvar al vecino se le daba muy bien pero el simple hecho de verter tomate sobre esa masa tan extraña que el y su hija de apenas cinco años habían intentado hacer.
–Vale Eliana, vamos a coger y poner un poco de queso sobre la pizza. Sabes que a mamá no le gusta que tenga demasiado.
La pequeña de huyuelos en sus mejillas colocó una sonrisa y comenzó a verter queso a lo loco. Peter no pudo parar aquel desastre que estaba haciendo su hija asi que aprovecho rápidamente para hacerle unas fotos.
–¡Papa, papá! ¿Le podemos echar estrellitas de colores?
–¿Estrellitas de colores? No creo que peguen demasiado con el tomate y el queso.
–¡Claro! También podemos ponerle chocolate, quizás sirope de caramelo, algunas chucherías. ¡Seguro que a mamá le encantará!
El mayor intento negarse pero la cara que su hija puso le fue imposible.
Comenzaron a experimentar con aquella receta única que estaban creando.Estuvieron un rato haciendo aquel destrozo en la cocina así que decidieron que mientras la dejaban metida en el horno verían algún dibujo. Su hija insistió en ver Gárgolas, una serie a la que su mujer era adicta ya que ella la veía de pequeña con su padre.
El ding del horno y la puerta abriéndose sonaron a la vez. Habían estado tan entretenidos viendo aquellos dibujos que Peter se había olvidado del desastre que habían dejado montado en la cocina. Su mujer, la estricta del orden y maniática de la limpieza se volvería loca en cuanto viera aquello.
–¿Han matado a un monstruo de harina en esta cocina o como es eso?
La pequeña corrió hasta su madre y está la cargo en brazos. Se acerco a su oído y le susurro:
"Papa ha hecho una pizza muy rara."
Frase que a oídos de este escucho.–¡Eliana! ¡Eras tu la de esa pizza extraña!
–Mami, tu no le creas. Pero vas a ver que está riquisima.
Mientras ellos ponían la mesa, la mujer aprovecho para ponerse el pijama y así estar más cómoda. En cuanto entro en el salón se lanzó sobre su esposo riendo.
–¿Veiais Gárgolas sin mi? Eso es imperdonable.
Los adultos se dieron un beso sonriendo mientras que la menor se quejaba y soltaba sonidos de vómito. Pasaron aquella noche comiéndose la pizza que habían pedido a su pizzeria de confianza ya que la que Peter y su hija habían hecho estaba asquerosa.
