Abrí la puerta de mi habitación lentamente intentando no hacer mucho ruido ya que Steve dormía dentro. Me deshice de mi ropa y cogí una camiseta blanca diez tallas más grandes para ponérmela. El capi dormía boca abajo así que su increíble culo se sobresalía por las sábanas. Me tumbe a su lado y pase mi pierna por sus nalgas, me pegue totalmente a él y luego este paso una mano por encima de mi.
-¿No has tardado mucho? –Susurro con un bostezo de por medio.
-Mi madre me necesitaba y me ha entretenido mucho.
-¿Que tal esta?
-Mejorando, aún no supera lo de mi padre pero claro, que después de 50 años casados Te ponga los cuernos y se largue tiene que ser difícil.
-¿Como estás tú?
-Sabes que bien, mi relación con mi padre no era la mejor.
Steve depositó un beso en mi frente.
-Oye, ¿seguro que no te has operado el culo ni nada?
-¿A que viene eso?
-Es que joder el culo de América es impresionante.