Los pasajeros (parte 1)

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A raíz de lo que pasó con Alexia, creía que el amor no era para mí, bueno, lo sigo creyendo un poco, pero el punto es que estaba desilusionada.

Con el tiempo lo fui superando y aún más cuando vi caminar por los pasillos de la escuela a una chica. Casi de mi estatura, cabello negro, piel blanca, sonrisa de un dulce conejo. Y no van a creerlo pero después supe que su apellido era Conejo. Raro, pero real. Evidentemente yo no la conocía, solo la vi pasar y ya. Quedé flechada.

En ese entonces yo me inscribí a una actividad extracurricular. Siempre me ha encantado el deporte, en especial el fútbol, e iba a inscribirme a esa disciplina, pero mis papás quisieron que intentara uno mas... para chicas. Voleibol.

Mi memoria no es tan buena, y me hace dudar si fue el primer día o después, cuando comencé a entrenar, que la vi de nuevo. Y entonces nos conocimos. Me dijo su nombre: Nelly. Y entonces quedé estúpidamente "enamorada". Aunque hoy en día puedo concluir que no estaba enamorada, simplemente me gustaba. Son de esos gustos o amores, como lo quieran ver, pasajeros. Aunque este gusto pasajero fue el más largo que he tenido.

Ella dejó de ir por alguna razón y yo también, pero no por ella. Fue porque me atreví a salir del closet y bueno ya saben el drama. Mis padres me tenían más controlada y vigilada, y no quisieron que fuera más porque había vestidores de niñas y creo que pensaban que me violaban o algo así.

En fin, un año después elegimos nuestra carrera técnica y de todos los grupos de mercadotecnia que había, nos tocó en el mismo. Obviamente yo me puse súper nerviosa y me dije a mi misma que ese sería el cielo y el infierno a la vez. El cielo porque me había tocado en el mismo grupo junto con la chica que me gustaba, y el infierno porque cada dos segundos hacía el ridículo y ahora lo haría más estando ella, pues me ponía nerviosa a morir.

No les voy a mentir, hice muchas veces el ridículo frente a ella, tipo no poder hablar, caerme, ponerme nerviosa y sudar (que asco), sonreírle como idiota, o mirarla "discretamente" y que se diera cuenta, etc.

Estoy segura de que pasaron muchas interacciones con ella pero ya tiene tiempo y no son tan relevantes, más que solo una.

Uno de mis amigos o amigas, no lo sé, me dijo que ella era bisexual y pené que las posibilidades habían crecido para mí. Entonces empecé mi plan maestro... iba a conquistarla.

Mis amigos me apoyaron al 100% cuando les conté mi idea, y entonces decidí comenzar.

Primero me acerqué un poco más a ella para conocerla, a veces lograba controlar mis nervios, pero cuando no podía les decía a mis amigos qué hicieran o investigaran algo sobre ella.

Algunas veces con tal de pasar tiempo con ella, me convertía en su confidente o en su terapeuta de amor. Me contaba sobre un chico que le gustaba y él no se daba cuenta, de hecho parecía no importarle y yo tratando de ayudar casi arruino todo el plan, pues estaba tan concentrada en ella, en ver lo bonita que me parecía que. cuando me pidió mi consejo, lo dije sin pensar ¿Y por qué no le dices que me gustas? ¡DIGO, ¿QUE TE GUSTA?!" 

Al parecer creo que ella lo escuchó pero se confundió y al final hizo caso omiso.

El primer paso fue mandarle una carta a escondidas donde decía más o menos que me gustaba. Obvio lo hice anónimamente. Todo lo hice de forma anónima. No podía arriesgarme a la primera.

Lo siguiente que recuerdo es haber juntado dinero para comprar una caja e trufas porque me enteré que Nelly era muy fan de esas cosas. Por supuesto que la caja iba acompañada de otra carta. Jamás podían faltar las cartas, sin importar que fueran largas o cortas.

Me pregunto si aún tendría guardadas las cartas, o por lo menos una. Siendo realistas no lo creo, pero sería bonito porque eso significaría que, de algún modo, le importó o le agradó lo que hice.

Luego de una serie de acontecimientos que pasaron y que no recuerdo, por cierto, se acercaba el día más horrible del año. Y digo que es horrible porque hay muchísimos soldados caídos. El 14 de febrero es una masacre.

En esos días andaba algo estresada, porque sentía que debía hacer algo importante y discreto a la vez, algo que dejara en claro que estaba decidida y que se acercaba el gran día para destruir mi anonimato. Yo no tenía mucho dinero para un regalo impresionante, pero hice mi esfuerzo. Le compré una rosa, un peluche, chocolates y la carta que jamás faltó.

Mi buen amigo del taller de teatro, Alonso, días antes me dijo que él iba a ser cupido junto con una de sus amigas y que se encargaría de entregar los regalos que le dieran para el flechado destinado. Y podía decir el nombre del remitente o dejarlo anónimo. Lo dejé anónimo por supuesto.

Cuando el 14 de Febrero llegó, vi a mi amigo Alonzo temprano para entregarle las cosas, e indicarle la hora y el salón donde estaríamos. Él sabía perfectamente quién era, pues me la pasaba hablando de ella en el taller.

Vi su cara de sorpresa cuando mi amigo mencionó su nombre "Este es para Nelly H. Conejo, ¿quién es?" entonces respondió que era ella y le entregaron los pequeños detalles.

Jamás supe si le gustó o no, esa sería una duda que no sabré nunca, a menos que le pregunte, pero sería muy raro que le pregunte eso de la nada. Lo que sí recuerdo es que ella una vez respondió una de mis cartas porque yo se lo pedí, le pedí que me respondiera si estaba dispuesta a conocerme. A lo que dijo que sí.

En fin... cuando el gran día de quitar el anonimato llegó, estaba bastante nerviosa y aún más porque lo decidí en un instante, no fue planeado. Recuerdo que le compré una paleta y le dije si me acompañaba a no sé dónde y al final nunca imaginé la forma en la que resultaría todo.

Creo que ella lo sospechaba, además se dio cuenta que estaba muy nerviosa, así que no me dejó terminar la oración cuando dije "Es que yo quería... quiero decirte algo, pero no sé cómo... yo..." y no lo vi venir... "¿Tú eres la de las cartas?" a lo que asentí con la cabeza. No pude descifrar su expresión facial, fue entre decepción y un "ya lo sabía". "Ay pues no te preocupes, te voy a seguir hablando. Todo normal"

Ahora me da risa, pero en ese momento me sentí horrible porque fue una forma de batearme muy fea. Fui un home run. A los pocos días de haberlo hecho, ella ya iba de la mano con un chico, y entonces pensé que de igual forma no era para mí.

Sigo viendo a Nelly en la universidad, pero hace como que no me ve y yo igual. Ha pasado tanto tiempo y tantas cosas que obviamente ya no siento atracción alguna por ella. Somos algo así como unas extrañas que se conocen. La veo un poco diferente, pero sigue igual su sonrisa brillante.

Tuve más amores pasajeros dentro y fuera de la preparatoria, pero la que resultó ser todo un caos fue en medio del transcurso de la historia con Nelly. Y esa, la contaré en el siguiente capítulo.

Los amores que nunca tuveWhere stories live. Discover now