La vida es muy sabia y curiosa, me consta. Y el destino, ni se diga.
Cuando cometes un error y no aprendes la lección, estás condenado a repetirlo. Hay que tener cuidado con esos "errores"...
Volver a descargar Tinder fue una de las cosas que se me ocurrió hacer después de la "trágica" ruptura con Hazel Liaño. Lo estaba llevando muy bien para ser la ruptura definitiva, o sea sí lloré y mucho, pero creo que esa relación me desgastó tanto que muy en el fondo me sentía libre. Además sumándole todo aquello que hizo durante dos semanas, después de haber terminado, yo dije "¿por qué no?" y de un momento a otro me encontraba descargando Tinder con la idea de que iba a encontrar alguien mejor. Definitivamente eso fue consecuencia del despecho.
Derecha, derecha, izquierda, izquierda, de nuevo izquierda... Así era de aburrida la mañana en la que me encontraba deslizando de un lado a otro en Tinder; y luego de deslizar más a la izquierda que a la derecha, me encontré con un perfil que llamó bastante mi atención. Revisé las fotos de perfil y en la descripción había dejado su usuario de Instagram "Si no hacemos match, háblame por IG". De inmediato me dirigí a su perfil y solo encontré cerca de 4 fotos, las cuales fueron suficientes para reafirmar mi atracción hacia @Alee.moo "Seguir". Regresé a Tinder y deslicé a la derecha esperando que hiciéramos match en ese momento, pero no fue así. Al menos no en ese momento. Por la tarde de ese mismo día me llegó una notificación "Tienes un mensaje de Alejandra". Lo revisé y me había dado cuenta que había hecho match con la chica de Instagram "Ya me habías seguido por instagram", y ahí comenzó nuestra plática; ese proceso de conocernos y buscar si la atracción se vuelve más que simple físico.
Tuvimos muchas coincidencias, demasiadas y la más fuerte es que nos encantaba hacer deporte, específicamente jugar futbol. Alejandra pertenecía y jugaba en el club América y según por lo que supe, ella era de las mejores jugando.
En algún momento concluimos que en serio nos atraíamos cañón, así que decidimos ponernos de acuerdo para conocernos en persona. "El miércoles estaría perfecto, porque iré a registrar mi horario escolar para poder tener acceso" le dije.
Yo estaba muy nerviosa, ni siquiera sabía qué ropa ponerme. Les pedí consejos a mis amigas y me llevé un atuendo el cual no me hiciera ver como un "macho" con pecho. Pantalón negro rasgado, camisa blanca, unos vans y chamarra negra.
Anteriormente le había preguntado qué dulces le gustaban, a lo que me respondió que las "pica fresas" eran su debilidad; entonces yo como una chica patética compre un montón y las metí en una bolsa para dárselas.
El día por fin llegó, Alejandra me había dicho que sólo podía verme un momento porque le surgió un problema, etc. Pensé que ese día no la iba a ver, pero afortunadamente se hizo un espacio para ir. "ya llegué, pero no sé dónde estoy", me mandó foto de donde se encontraba sentada, no estaba lejos, sólo a una cuadra. Me dispuse a caminar y mientras más me acercaba, más me sentía emocionada.
Cuando la vi, me pareció una chica linda, no me impactó mucho, pero era guapa. Nos saludamos y le propuse entrar a sentarnos a mi escuela.
Le di los dulces y ella se apenó, aunque ahora yo me siento una chica patética. Hoy comprendo que desperdicié mi lado detallista con las personas equivocadas. A la vez me arrepiento, pero por otro lado no, porque sé que eso me hizo única en su momento.
Platicamos de nuestro pasado como la salida del clóset, nuestra relación pasada, etc. Yo le confié absolutamente todo y eso fue un gran error porque le di armas suficientes para saber manejarme. Alejandra era más reservada, no contaba muchos detalles. Supe algunos demonios suyos, pero no todos.
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Los amores que nunca tuve
RomanceTodos hemos tenido un crush, un amor imposible o uno platónico. En medio de tantas historias sobre amor y desamor, esta es la mía, sobre cómo he buscado tanto alguien que me corresponda, y no he estado exenta de ello, pero por algo desconocido, siem...