you killed me on the moon | the umbrella academy

four

    Se detuvo frente a ella, sintiéndose como un adolescente nuevamente, inmaduro y sudoroso. Dolores lo observó con algo parecido a la altanería, como siempre, ella le estaría reprochando sobre sus fallidas ecuaciones; y al verlo a él en su cuerpo de trece años quizás estaría burlándose de él por ello en su mente.

—Te he extrañado, obviamente...—aceptó, escuchando como ella parecía no creerle, ella nunca le creía nada, siempre desconfiada pero aún así, meticulosa—. Han sido unos días difíciles—se justificó, abrumado de que sus palabras no parecieran causar el efecto que él esperaba.

    Antes de siquiera disculparse adecuadamente por la periferia de su ojo derecho notó unos movimientos entre la densa oscuridad. Sintió su respiración detenerse al reconocer aquellas estúpidas pero familiares máscaras que Hazel y Cha-Cha solían utilizar en sus misiones, y la idea de que ésta vez él fuera el blanco y no el asesino le resultó hilarante. Suponía que su vida era una constante comedia negra que en vez de producirte diversión terminaba dejándote con un mal sabor a amargura al final.

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    Mientras conducía aquella destartalada y decadente minivan que había robado hace instantes gruñó levemente, tensando su mandíbula con fuerza mientras trituraba su estrés como si se tratara de carne cruda y rancia, de esa que a veces debía comer aún si estuviera en mal estado para sobrevivir en el pasado.

    "Te estás volviendo descuidado"; escuchó a Dolores comentarle desde el asiento del co-piloto, sonando preocupada e incluso molesta. Cinco lo entendía, porque era comprensible su preocupación, razonable, incluso verdadero.

—Solo es un rasguño—mintió entre dientes, sintiendo su brazo, más precisamente su bíceps derecho latiendo de dolor debido a aquella bala que logró rozarle. Maldijo un par de veces mientras conducía con descuido, molesto por no haber sido lo suficientemente rápido para esquivarlo, molesto por no haberlo visto venir, molesto porque la Comisión había enviado a Cha-Cha y Hazel para atraparle y casi lo habían logrado.

    No, él no había regresado para que dos incompetentes lo sacaran del juego fácilmente. Claro que no podría permitirse tal mancha en su registro perfecto de asesinatos. Cinco los mataría por su imprudencia y negligencia al no terminar su trabajo con él, los mataría por el simple hecho de atreverse a intentar terminar con su valiosa vida.

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    Se sintió profundamente cansado cuando logró llegar a la academia en una pieza, por más que habitara en aquél cuerpo sano y joven, su mentalidad lograba causarle una mala pasada en momentos exhaustivos como los que acababa de superar. Tenía sentido, después de todo, el cerebro era quien mandaba y la psique era una mierda complicada; aunque el recipiente que ocupara fuera joven si su cerebro de casi sesenta años decidía que sus huesos dolían como si sufriera artritis nuevamente pues mandaría esa señal a su cuerpo quien lo padecería y sí, tal vez confundiría la señal un poco, lo que causaba el doble de cansancio.

    "Tendremos que hablar tarde o temprano sobre tu rendimiento físico, Cinco"; sonando irritada Dolores pareció regañarle antes de que él la guardara con cuidado en aquel bolso verde musgo, suspiro profundamente antes de asentir levemente, evitando en silencio el tema y cerrando el bolso.

    Pensó en sus acciones, en que habrá sido lo que logró delatar su ubicación, él estaba siendo cuidadoso, ¿verdad? Se estaba manteniendo cauteloso con respecto a sus movimientos, pero lo que más lo estaba manteniendo frustrado e impotente era la idea de que su apariencia había sido descubierta, ahora sería más fácil para ellos identificarlo. Resoplo con fastidio mientras subía las escaleras, topándose para su disgusto con Allison y Luther. Justo lo que necesitaba para finalizar su día, más interacción humana.