five

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    Vanya sintió las escurridizas gotas de lluvia meterse entre sus ropas, de hecho, las pudo sentir escabullirse por cualquier espacio que tuviera una mínima apertura. Lo ignoró mientras caminaba con paso firme hacia la casa de Leonard, tocando su puerta repetidas veces sin aliento mientras sentía su cuerpo temblar con expectación.

—¡Vanya! Qué sorpre-Oh, dios mío, ¡estás sangrando! ¿Qué pasó?—Luciendo preocupado inquirió mientras la tomaba de los hombros y parecía examinarla con temor, luciendo algo pálido y congelado, como si no supiera como proceder ante un momento así.

     Ella negó débilmente, sintiendo que todo se amplificaba demasiado para explicarlo, solo tomándolo de su camisa para besarle con fervor e intentar controlar sus emociones.


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    Antes de siquiera abrir sus ojos, mientras sentía a su consciencia despertar, escuchó unos ruidos. Vanya gimió levemente mientras se giraba y acomodaba aún más en la calidez de aquellas mantas, no queriendo despertarse nunca, no queriendo afrontar el cruel mundo fuera de aquel colchón suave y cómodo.

 —Buen día—Leonard saludó, sonando vivaracho y jovial, tan efusivo como siempre parecía ser por las mañanas. Cuando se acercó a colocar un beso en su sien ella resopló mientras se escondía entre las sábanas, reacia—. Vanya...

—No quiero levantarme aún—se quejó, sonando como una niña, cuando Leonard la destapó ella parpadeó repetidas veces, acostumbrándose a la luz natural de la mañana que entraba por la ventana que se encontraba en aquella habitación.

—Si te dejo dormir cinco minutos más se convertirán en una hora y eso hará que llegues tarde a tu práctica lo que desembocara a que te enojes conmigo por consentirte—pareció exponer, como si hubiera sido algo ensayado, algo que hubiera estado pensando profundamente con anterioridad. Vanya no pudo evitar sonreír con ternura.

—Guau, de verdad te lo has puesto a pensar, ¿eh?

—El desayuno está listo, vamos, hazme algo de compañía—pareció pedir mientras hacía un puchero.

—Hmm, bien—cedió con un resoplido, mientras se sentaba y estiraba levemente, bostezando sin poder evitarlo.

    Antes de acompañar a Leonard hacia la cocina decidió ir al baño primero. El agua fría de la canilla la despertó por completo, haciéndola estremecer un poco. Ella suspiro mientras miraba su reflejo, el cuál no lucía muy bien, se veía pálida y ojerosa, como si no hubiera dormido nada. Gruñó levemente antes de ignorarlo y secar su rostro con una toalla, intentando ahogar las voces que susurraban en su oído cuán repugnante era su existencia.


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—¿Y bien?

—¿Qué? Oh... Éstos huevos revueltos están deliciosos—dijo mientras sonreía con algo de rigidez, esperando que él no haya notado como simplemente jugó con los huevos con desanimo, revolviendolos sin gracia alguna en su plato.

—No es eso a lo que me refería...

—¿Ah, no? Pues están para morirse—mintió mientras decidía engullir un poco, para demostrar su punto, a juzgar por el rostro de Leonard su táctica no estaba surgiendo efecto.

—Vanya, lo que sucedió anoche... realmente me asustaste—susurró, sonando honesto e incluso dolido, como si le disgustara la idea de ella padeciendo algún dolor o herida.

you killed me on the moon | the umbrella academyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora