twelve

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por -dominguixcidio

por -dominguixcidio

—¿Qué has hecho?—Susurró algo impresionado mientras observo mi alrededor, es lo mismo que hizo la Encargada.

—Es un pequeño truco—responde mientras baja su violín y parece volver a la normalidad, su cabello antes blanco vuelve a ser oscuro y sus ojos también, es casi un alivio pero hay algo en su mirada que me advierte no acercarme demasiado.

—¿Por qué no congelarme a mí también entonces?—Inquiero mientras me cruzo de brazos y enarco una ceja.

—Supongo aún no perfecciono la técnica, estaba segura que eras el primero que debía congelarse—masculla y no suena como a la Vanya de mis recuerdos, no, suena feroz y sumamente enojada.

—¿Ésto significa qué te detendrás?—Cuestiono mientras tenso mi mandíbula y la observo fijamente, atento a cada movimiento suyo, es extraño para mí tener que actuar como mi antiguo yo frente a ella, tener que actuar como un asesino a sangre fría frente a la dulce Vanya... pero ella no es más la dulce Vanya y yo no soy más el joven e inocente Cinco que fui una vez.

—No me detendré, Cinco, lo lamento—susurra pero no suena genuino, sino vacío y hueco, es como si todos sus sentimientos hubieran sido drenados, es como si no fuera más que una cáscara vacía.

—¿Sabes, Vanya? En realidad pensaba matarte—admito mientras veo como ella ni se inmuta, como si lo que dije anteriormente era algo que ya se esperaba, como si...—. De camino aquí, junto con nuestros hermanos, pensé en hacerlo—reitero mientras presiono mis manos en puños.

—¿Qué te impide hacerlo? Tienes el arma en el bolsillo de tu blazer, es más, te reto a que lo hagas, a que finalmente y de una vez por todas puedas detener el bendito apocalipsis—parece jugar mientras se baja con elegancia de un salto del escenario y camina hacia mi, yo me siento congelado en mi lugar mientras la veo acercarse con elegancia y soltura.

Es como si fuera alguien más, otra persona, no ella misma.

—Fue extraño venir aquí con los demás a intentar detener otra amenaza, se sintió nostálgico pero... saber que ésta amenaza se trataba de ti nos dolió, Vanya, así que debería ser yo quien esté disculpándose y no tú, saber que hemos llegado a ponerte a tal estado de que...

—¡Basta! No se trata de ustedes, no, ¡se trata de mí!—Exclama mientras se detiene a escasos pasos de mi persona, luciendo molesta y enojada mientras me mira con el ceño fruncido y labios presionados fuertemente.

—¡Lo sé! Por eso yo...

—¿Es qué no lo entiendes, Cinco? Jamás voy a poder perdonarles, cuando creo que hay una oportunidad vuelven a decepcionarme, ya estoy harta y no creas que no he pensado en irme por mis propios medios pero eso solo se siente injusto, ¿por qué habría de ser yo nuevamente quien se sacrifique?

—Vanya...

—Es tú ultima oportunidad, ¿me matarás, Cinco?—Susurra mientras me mira con ojos apagados, y tenso mi mandíbula.

—Por favor, no me hagas esto—mascullo mientras cierro mis ojos, demasiado confundido, por primera vez no sé que hacer.

—Créeme, no dejaría que nadie más se atreviese a hacerlo—confiesa mientras estira su brazo y con su mano ahueca mi mejilla izquierda, a contrario a como ella luce su tacto sigue siendo cálido—, solo tú... solo tú.

—No puedo hacerlo—admito mientras la observo con ojos apesadumbrados, intentando detallar cada parte de su rostro, intentando inmortalizarla en mis recuerdos.

—Entonces... supongo que tal vez en otra vida podríamos estar juntos—parece pensar antes de alejar su mano y empujarme.

La caída se siente eterna, es como si pudiera ver en cámara lenta todo mi entorno pasar, como si pudiera ver a mis hermanos moverse lentamente como si cobrasen vida y cuando finalmente colisiono contra el suelo de madera del teatro el sonido y el movimiento a mi alrededor regresan. Yo alzo mi cabeza para mirarla, pero Vanya está nuevamente en el escenario, tocando su melodía infernal, antes de siquiera poder sacar el arma de mi bolsillo ella me mira y modula unas palabras:

Lo siento, logro entender antes de que Allison logre dispararle en la cabeza y que un rayo cegador sea expulsado hacia el cielo.