seven

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—¿Crees qué es lo mejor?—Susurró insegura, notando como Leonard se giró a verle hastiado—. No, en serio, ¿realmente está bien que lo hagamos?

—Vanya, esto es importante para tí, es un gran logro que hayas obtenido el primer violín, creo es lo correcto invitarlos al concierto—explicó mientras la tomaba de las manos, una mirada intensa en sus ojos y algo de ¿orgullo también?

—Es solo que... no les importa—explicó, o al menos, lo intentó—, guau, nunca antes había ahondado en ello pero... realmente les importo una mierda, ¿eh?—Reflexionó amargamente, sin poder evitar bajar su mirada hacia el suelo, abrumada.

—No digas eso, deja de ser dura contigo misma.

—Es la verdad—se quejó en un resoplido, sintiendo las cálidas manos de Leonard presionar las suyas con fuerza.

—Mira, entramos allí, les dices sobre tus logros y si aceptan asistir bien, si no pues que se jodan, ellos se lo pierden de todas formas—aclaró sonriente, Vanya no pudo evitar sorprenderse un poco por las malas palabras, Leonard nunca era de decirlas pero ahora, ahora se sintió el momento exacto para que lo hiciera.

     Ella no pudo evitar atraerlo y besarle fugazmente.

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    Vanya salió echando humos de la academia, dolida y furiosa, sintiendo un tumulto de sensaciones en su interior, reboltoso y desorenado. El cálido y soleado día de repente se convirtió en uno nublado y lluvioso, ella lo ignoró mientras caminaba rápidamente por la acerca y despotricaba con ira.

—Sabía que no lo lograría, digo, ¡¿por qué siquiera se tomarían aunque sea un tiempo para mí?! Oh, claro que no, ellos tienen cosas más importante de las que encargarse, ¿cómo fue? Ah, sí... asuntos familiares—gruñó mientras a parte de sentir las gotas frías de la lluvia sintió una brisa llena de energía rodearla, como si intentara enfriar todo aquél torrente cálido que corría por sus venas como lava.

—Perdona, tenías razón—Leonard suspiró mientras la perseguía, luciendo culpable y arrepentido, Vanya negó, cegada más por su ira que por su dolor.

—No, es mi culpa, yo fui quien quiso creer en ellos y fue lo suficientemente estúpida como para regresar, solo quería que estuvieran orgullosos de mi para variar pero... ¿como podría siquiera ser digna de su atención? No soy suficiente al lado de ellos y su grandeza, con sus cerebros llenos de aire y ellos mismos—mascullo mientras presionaba sus manos en puños y rechinaba sus dientes, incluso podía escucharlos rechinándose, un sonido fino y estremecedor.

—¡Vanya!—Escuchó a Leonard exclamar tras suyo, ella se giró con brusquedad.

—¡¿Qué?!—Respondió de la misma forma, congelándose solamente al ver lo que él le mostraba, los postes de luz de la calle se había doblado hacia dentro, más precisamente hacia ella, como si la siguieran o algo.

    Estaba ocurriendo más rápido de lo que imaginó.

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—¿Crees qué tu padre lo sabía?—Mientras le servía un poco de té cuestionó, mirándola seriamente, Vanya sintió las comisuras de sus labios fallarle y elevarse levemente hacia arriba en una sonrisa torcida.

    Por supuesto que sí, el muy bastardo...

—Pff, vamos, eso es imposible—mintió mientras sonreía y soplaba su té, divertida por la seriedad en el rostro de Leonard—. Mira, ven—llamó mientras lo hacía sentar a su lado y lo tomaba de su mano.

—Vanya, estoy siendo serio—reclamó mientras la miraba con un puchero.

—Lo sé, Sonny pero, si yo fuera especial o tuviera algunos de esos dones que tanto dices proclamar que tengo habría estado junto con los demás, en esas pinturas, ¿recuerdas?—Inquirió, Leonard asintió a regañadientes—. Lamento que te quedaras con la ordinaria—se disculpó con una sonrisa leve.

you killed me on the moon | the umbrella academyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora