preámbulo

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    Desde que tenía noción de sus memorias recordaba haber tenido problemas para dormir, un poco de insomnio debido a sus recurrentes pesadillas, y también un efecto colateral de su ansiedad y de sus pastillas.

    Lo raro era que alguien más en aquella casa tuviera problemas para dormir...

    Actualmente se encontraba en la cocina, tomando té en un vano intento por conciliar el sueño mientras leía un libro con atención y cautela. En algún momento de su lectura se perdió entre las letras y palabras, absorta entre oraciones y párrafos, tan ensimismada que ni siquiera notó la otra presencia en aquella habitación.

—¿Tampoco puedes dormir?

      Ella se sobresaltó en su lugar mientras sus manos apretaron el lomo del libro, algo asustada levantó la vista para encontrarse a Cinco paseándose por la cocina, un suspiro involuntario salió de sus labios mientras negaba algo aturdida. Su hermano asintió, como si entendiera el sentimiento, mientras se preparaba con diligencia su usual sándwich de mantequilla de maní con malvaviscos.

—Últimamente no he podido dormir adecuadamente tampoco, es una mierda—comentó mientras le daba una mordida a su sándwich casi con molestia, Vanya bajó la vista hacia la mesa de la cocina, notando las migas de pan y los ingredientes aún esparcidos—. ¿Qué lees?—Cuestionó de repente, haciendo que ella levantara su mirada y la choquara con la suya, aún en la penumbra de la cocina y con la lámpara a un costado suyo los ojos de Cinco parecían brillar.

     Ese brillo característico lleno de curiosidad y fascinación.

—Um, es Charles Dickens... Historia de dos ciudades—susurro mientras atraía al libro contra su pecho, sin mirar a Cinco, algo tímida por el tiempo compartido que estaba teniendo con él cuando en realidad no eran muy cercanos.

—¿Qué tal es?—Preguntó, pero Vanya supo que lo hacía más por amabilidad que curiosidad, ella levantó la mirada algo confundida, ¿por qué siquiera le importaría?

—No lo sé, recién lo estoy comenzando—admitió mientras sintió sus mejillas algo cálidas, un poco avergonzada, Cinco pareció asentir para sí mismo mientras terminaba su bocadillo nocturno.

—Hmm—tarareó mientras comenzaba a juntar las cosas nuevamente y ayudándose con su salto en el espacio terminó más rápido. Vanya se perdió un poco en él, absorta y algo hipnotizada por su destreza y ligereza al usar sus dones—. Buenas noches, Vanya—susurró luego de haber terminado, mientras comenzaba a alejarse, ella asintió, aún algo encantada.

—Buenas noches, Cinco—respondió mientras bajaba su vista a su lectura nuevamente, pero por la periferia de su ojo pudo notar al nombrado detenerse antes de llegar a la puerta, lo escuchó suspirar y lo vio girarse nuevamente.

—Oye, Van—llamó, haciendo que ella se girase a verle, extrañada por el diminutivo en su nombre y por la expresión conflictiva en el rostro de Cinco—, ¿qué opinas sobre los viajes en el tiempo?




you killed me on the moon | the umbrella academyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora