Pasó una hora y luego otra, Stephen aún no regresaba a la habitación, así que decidí ir a la piscina yo sola. Tenía la idea de que si estaba tardando demasiado era porque realmente lo necesitaban para algo importante por lo que no lo presioné y solo le mandé un texto avisándole donde estaría por si quería alcanzarme cuando terminara.
Me puse la ropa nuevamente y tomé mi toalla, ya no llevé el bloqueador solar conmigo debido a que ya había oscurecido, de hecho era probable que la piscina ya estuviera cerrada pero creía que valía la pena hacer el intento.Al llegar a la piscina vi que efectivamente estaba cerrada, había un cordón impidiendo el paso y un letrero que indicaba la hora de apertura y cierre; sin embargo, no vi que hubiera alguien alrededor, todo estaba despejado, ni huéspedes ni guardias de seguridad rondaban cerca, por lo que pasé el cordón por debajo y me senté a la orilla; no entraría a nadar para que en caso de que alguien me viera no tuviera problema alguno y solo llamaran mi atención diciendo que no podía estar ahí. Saqué mis audífonos del bolsillo del short, luego de conectarlos al celular los coloqué en mis oídos y reproduje una playlist que había encontrado por ahí de canciones acústicas.
Me encantaba la música, la escuchaba todo el tiempo. Siempre creí que la música tenía poderes mágicos, podía animarte, hacerte bailar, cantar, llorar, incluso enamorarte; la música era y siempre será el medio para expresarse más bello que podría existir.
Mis pies se movían dentro del agua mientras "Lonesome no more" sonaba en mis oídos.
- If you hear, hold me close, like the way you did when I was low, at least I'll know that I ain't lonesome, lonesome no more - cantaba bajito la letra de la canción, con la esperanza de que nadie fuese a escucharme y quisiera sacarme de ahí. Se desvaneció por completo cuando sentí a alguien tocar mi hombro, haciendo que pegara un brinco por el susto pues obviamente no lo había escuchado acercarse; giré esperando ver a alguien del hotel y me sorprendí al ver a Jared.
- Disculpa, no quería asustarte - me dijo cuando quité mis audífonos.
- No te preocupes, es solo que me tomaste por sorpresa - le sonreí con amabilidad y él se sentó a mi lado en el suelo, pero no metió los pies al agua como lo hice yo.
- ¿Te molesta si te acompaño un momento?
- No, por supuesto que no - él guardó silencio y yo no supe que decir así que solo miré como el agua se movía gracias al ligero vaivén que hacía con mis pies. Los segundos pasaban y parecían eternos, estaba algo incómoda ya que yo era pésima en cuanto a socializar, no sabía de qué hablar y me costaba mucho decir cualquier cosa. También estaba la posibilidad de que mi incomodidad incrementara un poco porque no estaba en silencio con un desconocido, era el hermano de mi mejor amigo y a pesar de tantos años era la primera vez que nos sentábamos los dos solos o que me dirigía la palabra más allá de un saludo o despedida.
- Quiero agradecerte, Cora - levanté mi mirada hacia él cuando lo escuché, Jared veía el cielo nocturno.
- Perdona, pero estoy confundida, ¿agradecerme por qué? - dejó de ver al cielo y me miró directo a los ojos con una expresión de total seriedad en el rostro. Debo admitir que cuando Jared me miró quise hacerme chiquita y desaparecer, era algo intimidante y me di cuenta de que no solo Stephen y su madre eran así, parecía ser de familia, aparte del difícil carácter también tenían el poder de hacer que quisieras salir corriendo con solo una mirada; tenían una mirada intensa y yo no soportaba mucho el contacto visual, solo con ciertas personas, de hecho me costó mucho tiempo acostumbrarme a la mirada de Stephen.
- Por todo lo qué haces por Stephen; desde que llegaste a su vida él ha cambiado demasiado y ahora es una mejor persona gracias a ti.
- Él siempre ha sido bueno - una pequeña risa divertida salió de entré los labios de Jared y negó con la cabeza.
- Sabes que eso no es verdad, al menos no por completo - reí un poco en respuesta.
- Esta bien, es cierto, pero no fue gracias a mí, solo maduró - me encogí de hombros; Jared no era el primero en decirme algo así sobre Stephen, algunos amigos nuestros me lo habían dicho también pero no creía que yo fuese la responsable de eso.
- Si eso es lo que quieres creer - habló bajito, como no estando seguro de sí quería que lo escuchara o no -. Pero no solo quiero agradecerte por lo qué haces por mi hermano, también por lo que haz hecho por mi familia, sin ti estoy seguro de que esta boda sería un desastre, mi madre estaría deprimida porque no habría logrado que Stephen viniera y estoy seguro de que las cosas se hubieran salido de control.
- Quiero a tu hermano, Jared, en verdad lo quiero y por eso solo busco lo mejor para él. También me agrada su madre y creo que ella merece ser feliz, intenté convencer a Stephen desde que me dijo que tu madre se casaría, de venir aunque no estuviera contento con lo que pasaría, pero al final él tomó la decisión porque sé que entendió que apoyarla es lo mejor que puede hacer sobre todo si es por algo que a ella la hace feliz.
- Él te quiere también, más de lo que te imaginas, he visto como te mira, es algo que no se puede esconder - la sonrisa que apareció en su rostro me hizo dudar un poco de lo que se refería pero antes de poder preguntar volvió a hablar -. Stephen nos perdono a Lowell y a mí por no decirle nada de la boda, charlamos con él hace rato.
- Por eso fuiste a la habitación.
- Así es, espero no haber interrumpido nada - agaché la cabeza cuando sentí la sangre acumulándose en mis mejillas y ladeé la cabeza en negación.
- No, nosotros... nosotros sólo somos amigos.
- No quiero sonar como un entrometido, pero solo son amigos porque les gusta hacerse los locos. Ambos sienten algo por el otro, ha sido así desde que tenían once años, todos lo vemos menos ustedes - se levantó y yo saqué mis piernas del agua, secándolas con mi toalla para poder ponerme nuevamente las sandalias.
Jared me ayudó a ponerme de pie, me dijo que solo había ido a buscarme para poder agradecerme por todo y después de decirle que no debía agradecer por nada él se despidió diciéndome que volvería a su habitación por Lea para llevarla a cenar algo. Cuando comenzó a alejarse la duda en mi cabeza se hizo presente y mi voz lo detuvo antes de que pasara el cordón.
- ¿En serio crees que Stephen sienta algo por mí? - dio media vuelta, y me sonrió sincero.
- Lo hace Cora, estoy seguro de que lo ha hecho siempre - sin una palabra más volvió a dar la vuelta y se fue.

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Opuestos
Roman pour AdolescentsNunca sabes lo que el destino te depara y menos en cuanto de amor se trata. Yo aprendí eso como todos lo hacemos en algún punto de nuestras vidas; algunos lo aprenden por las buenas y otros por las malas. En mi caso... creo que fue por las buenas...