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Tae me miraba con una expresión asustada. Llevaba escrito en la frente "pensaba que los amigos de mi amigo eran normales, no esperaba esto".

Después de cinco minutos en esa cocina, ambos pensábamos que eran todos algo... raros. Pues bien, imaginaos cuando los conocimos profundamente. Pero aún no vamos a hablar sobre eso.

—¿Quienes son ellos? —Preguntó Jackson.

Yugyeom se interpuso entre Tae y yo. Apoyando una mano en mi hombro y la otra en el hombro de Tae, realizó las presentaciones.

—Deberíais hacer algo con el chico, parece que se va a morir. —Comento con total confianza.

—Es lo que intentaba decir, pero estabais ocupados haciendo amigos. —Replicó Jinyoung.

Los chicos se miraron ente ellos y se levantaron al mismo tiempo. Mi amigo y yo nos quedamos de pie sin saber que hacer.

—¿No venís? —Preguntaron Jaebum y Jackson al unísono. —Luego podemos salir a hacer algo.

—A ver, para porque me estoy liando. ¿Esta casa de quién es? —Preguntó Tae.

—Creo que de un colega de mi primo. ¿O era del primo de un colega? No lo recuerdo. —Respondió Jackson.

Mientras Tae y yo salíamos tras siete chicos que acabábamos de conocer, hice una recapitulación sobre los sucesos acaecidos esta última semana.

Primero, me había pegado un porrazo contra la mesa de mi salón debido a que había un bicho en la sala y necesitaba huir desesperadamente. Segundo, había salido a pasear tranquilamente y, sobre un banco, encontré un chico que luego se puso a llorar en frente mío y se había ido. Luego de tratar de encontrarle por todos los medios porque mi instinto me dice que quiere saber qué pasa con él, me le encuentro bebiendo zumo de piña en un bar, de noche.

Y por obra del destino y de mi amigo Tae-seob, acabo en una fiesta en casa de alguien que nadie conoce, con siete chicos de lo mas normales, yendo a algún lugar que desconozco.

Está siendo una semana interesante.

Conseguimos salir del barullo de la fiesta. Cargaban al chico que seguía balbuceando entre Jinyoung y Jackson mientras los demás nos contaban sus anécdotas más... Bueno, digamos que estábamos enfrascados en una animada conversación cuando Jinyoung anunció que entrarían en un pub porque Youngjae (ese era el verdadero nombre del chico nutria) se encontraba mal.

Así que el resto le esperábamos fuera mientras Bambam hablaba sobre el día en que Mark se enfadó con él y le tiró un portátil.

—¿Era necesario que lo supieran? —Dijo Mark.

—Es información crucial para que puedan empezar una bonita amistad. —Dijo Bambam. —O lo que surja. Escuchad, Alex, Tae. —Se giró para mirarnos mientras mi amigo reprimía una sonrisa. —Tiene carita de ángel y cuerpo de dios griego, pero que no os engañe. Hace cosas muy raras.

Tae-Seob estaba a punto de escupir un pulmón de la risa. Yo levanté ambas cejas y crucé mis brazos. Los miré uno por uno.

—Sois un grupo extraño. —Comenté.

—Lo sé, pero estamos muy unidos. Nos queremos, nos apoyamos en todo, y cuando necesito un hombro para llorar, puedo acudir a ellos. —Dijo Mark.

—Oh. Que lindo. —Sonreí. —Me sorprende que tengáis tanta confianza como para habernos contado tantas cosas en apenas una hora. ¿Siempre sois así?

—Depende de personas. —Jaebum, apoyado en una farola, comenzó a hablar. —Hay personas que necesitan tres años para cautivar nuestros corazones. Otras necesitan tres semanas. Sin embargo, a ti te tomó tan solo tres segundos. A Tae-Seob le tomó cinco porque iba con los ojos entrecerrados y parecía que estaba...

—¿¡Con qué derecho lo dices tú!? —Le cortó Tae. —Deberías abrir tus ojos más seguido.

—¡Pelea de chinos! —Exclamó Bambam. —Esperad a que vuelva Jackson, necesitamos un juez nativo.

En ese momento, se unieron a nosotros tres figuras. Esta vez, Youngjae el chico nutria estaba completamente de pie, aunque con la cabeza algo gacha y tambaleándose un poco.

—Youngjae, seguramente no te hayas enterado, pero hemos conocido gente. Estos son Tae y Alex. —Nos presentó Jinyoung.

El chico levantó la cabeza y me miró directamente a los ojos. No puede ser.

Mi primer instinto fue salir corriendo para morirme de la vergüenza en mi casa, tranquilamente. Pero la sorpresa me paralizó, y lo único que hice fue mirarle también.

Recorrí toda su cara con mi mirada. Noté que tenía una peca bajo uno de sus ojos, y la curvatura de su labio superior algo más marcada que la del resto de personas.

—Alex. —Dijo suavemente, y me dedicó una sonrisa. —¿Me das tu apellido? Lo necesito para completar mi orden de alejamiento.

Tras esa oración, se hizo el silencio entre el grupo de amigos. Salvo Bambam, que es incapaz de mantenerse callado mas de dos segundos.

—Pensaba que le iba a lanzar un piropo. La sonrisa de Jae es demasiado seductora. Después de esto, no sé si puedo seguir considerándome heterosexual.

Se me ha ido la olla JJAJAJAJAJA.
Espero que estéis votando por los chicos (y por vuestros favs si están) en los BB ♥.

sempiterno : choi youngjaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora