13

175 35 1
                                    

-¡Eh, tú, mierdecilla! ¡Ven aquí que te rompo la cara un poco a ver si te ubicas! -Gritó Bambam mientras perseguía a Jackson en campo abierto.

Estábamos sentados sobre la fría hierba en lo alto de la colina, con vistas de un espeso bosque que se perdía en el horizonte y un pequeño lago en mitad de los árboles. Bambam corría detrás de Jackson para intentar tirar una botella de agua sobre su cabeza al igual que él había hecho.

Las cajas vacías de pizza se amontonaban frente a nosotros. Tae hablaba animadamente con Yugyeom mientras Jaebum descansaba sobre las piernas de Jinyoung. A mi lado, Youngjae miraba a la nada, distraído.

-Youngjae, ¿qué estás mirando? -Pregunté.

-¿Huh? Nada, solo pienso. -Contestó él.

-¿Sobre qué?

Me miró con odio.

-¿Acaso no piensas cerrar la boca?

-Complacerte no entra en mis planes, así que supongo que no. ¡Jae! -El chico a mi lado se había levantado y se alejaba del grupo con paso tranquilo.

Decidí seguirle.

-¿Dónde crees que vas? -Le pregunté enfadada. -¡Choi Youngjae!

No es posible que alguien pase de la euforia a la tristeza y luego al enfado en cuestión de horas. ¿O si?

Sin darme cuenta, nos habíamos alejado del resto del grupo. Youngjae no me dirigía la palabra Sin embargo, tan solo unos momentos atrás, había reído y hablado conmigo como si fueramos amigos de toda la vida.

-Youngjae, para ya. -Me paré frente a él y le sujeté por los hombros. -¿Qué diablos te ocurre?

-Aish, no me pasa nada, solo quería pensar tranquilo. -Dijo con una voz apagada. -¿Me dejarás solo?

-No, Youngjae. No voy a dejarte solo aunque me lo pidas. Sé que tú eres mucho más alegre de lo que me has mostrado estos días, y yo quiero ver eso. Los chicos hablan maravillas sobre ti; ellos dicen que eres un sol. ¿Por qué te has apagado, Youngjae?

-Sabes más de lo que dices, ¿me equivoco? -Se sentó junto a un árbol, apoyando la espalda en el tronco de este, y yo me senté frente a él.

-No. ¿Solo piensas sobre la tal Sakura?

-Bingo. -Dijo avergonzado. -Los chicos no son capaces de cerrar la boca...

-Un lugar tan privilegiado como tu mente debería reservarse para personas importantes, no para esa... En fin, Jae, ¿vas a concederle formar parte de tus pensamientos después de lo que te hizo?

-No sé...

-Entonces me iré. Puedes hablar conmigo siempre que quieras. -Dije mientras me levantaba del suelo. -Pero antes, deberías ordenar tus prioridades.

Di unos cuantos pasos en dirección contraria cuando sentí un fuerte tirón de mi muñeca. Me giré para ver a Youngjae.

-Has dicho que no me dejarías solo.

.

Los primeros rayos de sol del día se colaban por mi ventana y quemaban mis ojos aún cerrados. Miré el reloj. Apenas había logrado dormir cinco horas. Me levanté de la cama con pereza, me duché, me vestí, desayuné, me lavé los dientes, ordené mi cuarto, le di de comer al gato y salí de casa tras haber guardado una bolsa de tela en mi bolsillo.

Llamé a Jaebum.

-¡Bummie! Buenos días, hermoso. -Dije aguantándome la risa.

-¡Me has despertado! -Se quejó el pelinegro al otro lado de la línea.

-Tengo una consulta importante. ¿Qué le gusta comer a Youngjae para el desayuno?

-¿Cómo? Por favor, no me di-

-¿Me lo dices ya o qué?

-Jae me contó que todos los domingos de invierno, él y su familia desayunaban chocolate caliente. -Aseguró.

-¡Gracias! -Y antes de que pudiera degir nada más, colgué y me acerqué a una cafetería que se encontraba a tan solo unos metros de mi piso.

Ordené dos vasos de chocolate caliente para llevar y cogí un metro que me dejó en el barrio de Youngjae.

Sé que este capítulo es algo corto, pero no puedo alargarlo más.
Tengan un bueeeeeeeen día xdxd.

sempiterno : choi youngjaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora