Capítulo 33.

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12 de Julio del 2014.

Narra Niall:

Lo siguiente sería una llamada que haría.

Marqué el número indicado y automáticamente me atendieron.

-Eso es exactamente lo que quiero.- respondí al señor que hablaba a través de la línea,  después de haber estado un rato negociando.

Después de concretar el día del pedido, colgamos.

Sí, sorpresa.

Narra Lottie:

Me despertó la agradable melodía de mi teléfono, irónico todo.

*Llamada telefónica*

-¿Sí?.- dije con los ojos cerrados.

-Hermanita, soy yo.- dijo, y pude saber por su voz ronca, que era Harry.

-Me has despertado idiota.- le dije.

-Uy, que humores por la mañana eh. Abre la puerta lerda.- dijo riéndose, yo colgué,  bajé y abrí.

Harry me abrazó y me miró con una sonrisa.

-Haroldo,  cada día me sorprendes más. Cada vez más idiota, eh.- dije riendo y lo abracé.

-Sí sí,  pero vístete rápido que vamos a desayunar. Niall y Zayn nos esperan.

Yo reaccioné sin preguntar y subí a darme una ducha rápida. Me recogí el pelo en una coleta, dejando caer dos mechones rizados por mi cara. Cuando sequé mi cuerpo mojado, me puse una camiseta rosa corta y unos shorts blancos, más mis converse rosa. El tatuaje relucia, y eso me gustaba.

Me hice la raya en el ojo con el delineador, y me pinté los labios un tono rosa claro, nada más. Mi cara ya no estaba tan dañada  como ayer, ya parecía que no tenía nada, solo algo rojo en la parte de la barbilla, nada más. Me encargaría hoy de llamar a el jefe y decirle que ya estaba bien. Cogí mi móvil y salí de mi casa , luego me subí al coche de Harry. Él condujo hasta un café bar. En el camino íbamos haciendo tonterías,  igual que siempre,  como pequeños. Cuando llegamos ví a Niall y Zayn sentados en una mesa.

Saludé a Zayn con dos besos en la mejilla y a Niall con un bonito beso en los labios.

-¿Dónde estabas cielo? .- pregunté a Niall, sentadome a su lado.

-Fui a mi casa, para limpiar un poco y eso.- dijo y lo besé.

Todos pedimos el desayuno. Niall,  como siempre, se pidió medio bar. Yo me pedí un bocadillo de jamón más un café capuchinno. Harry y Zayn pidieron tortitas y cosas que engordan mucho, claro a ellos no le importa, con el cuerpini tan bueno que tienen los jodidos.

Después de comer, recibí un mensaje de mi jefe. Preguntaba como estaba y tal, yo le dije que para mañana estaría reluciente, así que en eso quedamos. En mi casa mañana por la mañana. Sobre las 12. Y otra vez esas palabras volvieron a mi. Necesidad de complacer con mi cuerpo y no parecer una puta foca.

-Chicos, voy al baño, ahora vengo.

Me levanté y caminé hasta el baño de chicas.

Genial, estaba roto. No quedaba más remedio que entrar al de chicos. De todas formas los únicos clientes en el bar éramos nosotros. Entré y cerré la puerta. Me agaché y metí mis dedos en la garganta. Vomite. Pero eso no me bastaba. Quería vomitar más y más, hasta eliminar las palabras de que no engorde. En ese momento, alguien abrió la puerta.

Mierda,  el pestillo.

Y no era más ni menos que Zayn.

-¡¿Se puede saber que mierda haces?!.- dijo alterado. Él cerró la puerta y yo me levanté del suelo.

-Yo...yo...- comencé a llorar y él me abrazó.-Mi jefe me dijo que no podía engordar y no quiero , así que por eso hago esto...

-Pero Lottie, no estás gorda, no seas boba. No hagas esto más. ¿Desde cuando?.

-Desde ayer. Por favor , no digas nada.

-No diré nada, mientras que no lo hagas más.

-Lo juro. - dije y él me besó la frente.

-Limpiate la cara y sonríe, pequeña. Te quiero.- dijo y salió del baño

Antes del amanecer. NHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora