➥ Alicia.
—Básicamente irán conmigo al refugio.
—No, necesitamos gente aquí y si ellos dos se van, se nos irá nuestra defensa, Alicia.—Straus respondió con el ceño fruncido.
—pero ellos quieren irse también. No los puede obligar a quedarse en este lugar, ellos no piensan igual que usted y son personas individuales. Sus vidas no le pertenecen a usted.—Replicó cruzándome de brazos.
—... Necesito gente aquí, Alicia.
—Eso se lo consigue usted. No tiene por qué obligar gente a quedarse donde no quieren a esperar que todo se acabe, Straus.—Digo en respuesta sin muchas ganas de seguir.—¿y si entra alguien más aquí? Hay gente mala. No se le olvide y ¿recuerda bien donde está ubicado?, Straus usted está ubicado en el centro de Veron, no en las afueras de la ciudad en donde la situación quizás no esté tan mal.
Tras correr el asiento hacia atrás, me levanto de la silla y me alejo de la mesa, encontrándome con Briseida, Acfred, Alan, May y papá con sus maletas.
Frunzo ligeramente el ceño y Briseida ladea la cabeza levantando una ceja, una pregunta silenciosa.Sin más remedio me acerco a ellos, metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón deportivo y humedeciendo mis labios antes de hablar.
—no está de acuerdo en que Briseida y Acfred dejen el supermercado. Pero le dije que ustedes quieren irse, que no pretendían quedarse hasta que todo se terminara.—Hago una pausa para sonreírle a May. —Supongo que tendrá que venir donde nosotros y decirnos que nos va a dar.
—¿Estas segura, Alicia? ¿Ya sabes a donde ir siquiera?—Mi padre preguntó con preocupación.
Busco con urgencia la mirada de Briseida buscando ayuda en un argumento, ya que yo solo había salido unas pocas veces y a un no conocía bien, podía tener memoria, pero me sería difícil.
Solamente había ido a la escuela y eso, ya que este era mi último año, había viajado a Jasioux por viajes familiares o escolares, jamás me había quedado en un bosque o había ido a pie.—Podemos ir a Krizinberg. Es la escuela de Veron, queda a pocas cuadras de aquí y faltan unos pocos minutos para que se termine la neblina.—Comentó Briseida para mi alivio viendo su reloj.
—y... ¿cual es el tiempo en el que no dura la neblina? —Era May, su pregunta logra sorprenderme pues según ella duraba cinco horas.
—Pues mira, pequeña. Si el gobierno no hace nada por mejorar nuestra situación, lo más probable es que se quede desde las doce de medianoche hasta las seis de la madrugada.—Habla Acfred, dándome una breve mirada tras contestar.
Todos nos quedamos en silencio al escuchar unos pasos y seguido de esto una voz que decía claramente 'Alicia'. Poco a poco conforme se fue acercando, pude reconocer la voz de Straus.
—¿Si?—Nuevamente lo observé frunciendo el entrecejo.
—Vale... les daremos un mapa, algunas sopas y podrán llevarse algo que les quepa en los bolsos de toda la tienda.—Extendió las sopas en una bolsa y el mapa en la misma mano, parecía como si se estuviera obligando realmente a hacer esto por nosotros, quizás Briseida y Acfred eran sus favoritos, no había manera de saberlo.
—Muchas gracias.—Acabé por decir mientras trataba de esconder aquella risa que comenzaba a ascender por mi garganta ante la situación. Él me negaba la salida y segundos después venía para darnos la despedida adecuada. Interesante.
Seguido a esto y con algo de disgusto, Straus dio una vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria a nosotros, dejándonos atrás. Al parecer por fin había aceptado el hecho de que ellos se fueran por voluntad propia.
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Toxicidad
Science FictionEn el 2040 se llevaba un plan bajo el gobernador Connor Bellamy para aumentar la economía del país y los ingresos que era recibidos hacia este. Por lo tanto comenzó a esparcir múltiples fábricas por el continente de Verón sin pensar en el daño produ...