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Alicia.

Briseida y yo intercambiamos una mirada llena de confusión y de emoción; una mezcla bastante rara y sin mucho sentido.

—¡Está hablando, es él!—Briseida alza la voz a causa del entusiasmo.

—¿Él?

—¡Aurora!

—¿Eso no es nombre de mujer?—Pregunto con confusión.

Veo como la boca de mi compañera se abre para dar una respuesta pero otro sonido se escucha al otro lado de la línea y preferimos esperar a que continúe hablando.

—Bien... No sé cómo comenzar.—Es una voz masculina, ronca y ahogada.—Esta será la última transmisión que haré en toda mi vida dentro de este circuito y va a ser muy rápido.

La señal se vuelve a perder y mi ceño se frunce notablemente, necesitamos más de su información urgentemente y la señal no sirve.

Briseida me dedica una mirada tranquilizadora al ver la preocupación que se refleja en mi rostro. Me obligo a mantener la calma pues ella tiene más conocimientos sobre esto que yo, debo tranquilizarme.

—La situación de Verón ha empeorado con los días, al parecer la mayoría de la población ha desaparecido del lugar y no hay señales de vida en edificaciones comunes como el hotel yelton que queda en el centro de nuestro país donde se había dado el aviso de que se iba a refugiar la mayoría de la población que logrará llegar a aquel lugar.—Un sonido se escucha al otro lado de la línea. Ambas nos tranquilizamos suponiendo que es otra persona junto a él.—No hay mucho tiempo y el gobierno no está haciendo nada para ayudarnos en nuestra situación por lo que no sabemos si realmente esto ha sido causado intencionalmente por el gobierno o ha sido un desastre natural que debía darse. Tomando en cuenta los valores, observemos por dónde observemos y saquemos la información que saquemos todo indica que el detonador y conductor del desastre fue la reforma del gobierno; las fábricas.

Logró escuchar un murmullo a la distancia, que cada vez se amplifica dejando una sola palabra a reconocer.
'¡Alicia!', vuelvo a escucharlo y mi vista rápidamente se desplaza hasta un punto invisible de la sala, escucho todo tipo de sonidos al distanciarme unos pasos de la radio. Briseida me ve con confusión, sin embargo la fuerte corriente del río en la parte trasera del conjunto ahoga casi por completo cada sonido a nuestro alrededor.

Es algo un tanto pendejo quedarnos aquí, pues con el río a nuestras espaldas, la neblina y todo tipo de cambiantes...
Solo tenemos la seguridad de tan solo una cosa; cuando termine la transmisión debemos salir.
Finalmente me aproximo hacia Briseida y hago un amago para decir lo que escuché.

—Te juro que escuché m...—Soy interrumpida por el hombre nuevamente hablando.

—No he sabido mucho de Jasioux durante estas dos semanas, pero por el bosque de Verón hay un camino por el cual se puede ir. Hay cambiantes por todas partes como en el resto del país pero llegarán más rápido de esta forma y quizás si para la fecha en la que realicen su viaje no es muy distante de esta transmisión a tiempo real, podrían correr menos peligro.—La interferencia nuevamente cobra vida, ahogando las últimas palabras del hombre ligeramente, quien ya resuella ante el pánico que abunda en él.—Hasta aquí la última transmisión, espero que les haya servido la información... nos vemos en Jasioux y perdón por lo breve, lo prometido es deuda.—Su voz se vuelve a apagar y casi nos convencimos de que se ha acabado.—Hasta luego y mucha suerte.

Gruesas lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas y cada vez escucho más de aquellos gritos en las afueras de la mansión.
Por un instante el tono que se deja ver en aquellas voces me deja una sensación familiar, como si gente a quien conociera estuviera emitiéndolos, pero no sé si es una ilusión, por ende no puedo hacer nada.

ToxicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora