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Alicia.

Ya han pasado dos días desde que llegamos y hoy tendremos la dichosa y tan esperada por muchos "fiesta de bienvenida". Sinceramente aún no entiendo por qué tanta emoción sobre nosotros si apenas nos hemos visto en la cena de nuestra llegada y habíamos armado el mayor escándalo de la vida para ellos.

—¿Qué crees que suceda?—Habla Briseida hacia Acfred.

—Creo que como grupo deberías hablar para todos.—Susurra él en su dirección intentando que solamente ella escuche ya que solamente ha hablado con él y nos ignora.—Bien, grupo, aunque no se nos permita deben tener sus armas para la cena, que nadie se las quite por favor.

—Todo claro.—Termino por responder.

Nos preparamos como si fuéramos para una guerra, pero no en tamaño, pues será bastante notable si llevamos por encima muchísimas cosas, aparte debemos disimular lo mejor posible, más bien es una preparación moral, es complicado atacar a las personas a sabiendas de la desesperación que puedan tener, están padeciendo a base de la misma situación que nosotros.

Unos golpes procedentes de la puerta ocupan toda nuestra atención y lo único que se puede escuchar es el "adelante" de Acfred. Tan pronto habla, la puerta se abre con suavidad dejando a la vista una pareja; una pelirroja alta de tez blanca y un moreno de iris negro un poco mas alto que ella. Son los Wilson, unos chicos que conocimos en la mañana y con quienes a pesar de todo nos hemos entendido bastante bien. Ellos entran en la cabaña y en su mirada se nota algo más, podría ser preocupación, angustia, realmente en este momento no lo sé muy bien.

Ruby, se sienta en una de las sillas de la cabaña y nos dedica una leve sonrisa mientras su pareja se sitúa tras ella, parece como si ya supieran que nos va anunciar lo peor del día.

—Ruby, Thomas, ¿Qué los trae por aquí?—Habla Acfred con tranquilidad.

Hay un ligero juego de miradas entre él y ella, como si estuviesen pensando quién debe hablar y quien complementar.

—¿Sucede algo? —Termino por soltar.

—Verán... —Inicia Thomas.—Somos bastante curiosos cada que llegamos a un lugar, y como saben también queremos un buen ambiente para Rosalie.—Hablan de su hija.—por lo que estuvimos investigando el lugar en la madrugada y descubrimos una caseta alejada en medio de las plantaciones.—Asiento con la cabeza para darle a entender que le he escuchado. Rosalie es su única hija, y ella es probablemente la única razón por la que Thomas y Ruby se mantienen con vida y han estado buscando un lugar seguro.

—Puede que sea solamente una caseta de herramientas, lo antiguo se hace de moda para este tiempo, ¿Recuerdas?—Alan agrega, pues él es cercano a Thomas, se hablan mucho.

—No, Alan...—Da un suspiro antes de dedicarle una sonrisa a su mujer y posar su vista nuevamente sobre nosotros.—Los religiosos de este lugar tienen una grave afición a comer...

—Cambiantes.—Completa rápidamente Ruby al ver que voy a preguntar.—Cada vez que se realiza una cena de bienvenida mandan a unos de los miembros ya sea nuevo o ya viejo del grupo para cazarlo... y si no lo consigue o se rehúsa... ellos...

—Lo matan a él como sacrificio y deciden darles a los otros el cuerpo de su compañero en consecuencia de no traer al cambiante.—Comenta de repente Acfred y yo lo veo con confusión.—Por las calles había una secta satánica en Alemania... normalmente los mandaban a un suicidio fijo con algún animal mutado en laboratorios o lo mataban a él, tal vez es una rama de eso.

—¿Y cómo saben que hacen eso cada vez que se realiza una fiesta de bienvenida?—Pregunto yo alzando las manos a la altura de mi pecho para acompañar mi comentario.

ToxicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora