025.

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Espero que no hayas sido enviado del cielo
Porque sólo el infierno sabe dónde has estado.
Tu composición construida se está desgastando
Y todas tus paredes se estan derrumbando.

fui al cuarto a buscar mi celular después de pasar varias horas cocinando cosas y frizandolas para tener comida por varios días.
agarré el celular y tenía muchas llamadas perdidas de dam, lo llamé porque me preocupó la cantidad de veces que llamó.

—ey,¿todo bien? —pregunté dudosa.

—gina te necesita.— suelta rápido.

—¿no tenía que estar en el hotel a las tres yo?— pregunté mirando la hora.

—si, pero mi suegra me está llamando y me pide que vaya pero se que no me quiere a mí sino que te quiere a vos.

—bueno, ahora voy. ¿qué habitación era?

—quinientos quince.

—listo, nos vemos.

corté la llamada y corrí a buscar mi bolso, metí una tanga, corpiño, perfume, desodorante, y cosas que iba a necesitar para prepararme. eran las doce del medio día y yo no tenía nada listo. pedí un uber y mientras terminaba de meter todo lo que necesitaba, lo esperaba. llevé  el bolso y la bolsa con el vestido adelante y esperé a que venga.

cuando llegué al hotel, entré rápidamente y la recepcionista me sonreía, supongo que sabiendo a que iba.

—hola, buenos días. ¿la del casamiento?

—buenos días. si, habitación quinientos quince, ¿no?

mira la pantalla de su computadora y asiente.

—así es.

—gracias.— dije antes de salir casi corriendo al ascensor y subir al quinto piso.

las puertas se abrieron en el piso correspondiente y salí disparada mirando los números de las habitaciones. llegué y toqué la puerta.

—¿quién es? —escuche a graciela hablar del otro lado.

—aixa, gra.— digo y la puerta se abre, mostrandome a una madre preocupada. —hola.— la abrazó como puedo porque sigo con las cosas en la mano. —¿gina? —digo dejando las cosas arriba de la cama.

—en el baño, no quiere salir.

—me ocupo yo, no te hagas drama. —le sonrío.

—estoy en la catorce yo.— se va y toco la puerta del baño.

—soy aixu, abrime la puerta. —abrió y me metí pata volver a cerrar la puerta.— ¿qué pasa, gi?— me sente al lado de ella, se veia preocupada.

—¿y si me equivoco?— me mira y se muerde el labio.

—no pasa nada. seguís adelante y listo. pensa en ahora. si lo amas y te queres casar con él, hacelo. ya tuvimos esta charla creo.

—si, pero tengo miedo. no quiero que todo salga mal.— me abraza.

—¿qué va a salir mal? lo único que modifica acá es un papel. lo demás va a seguir igual. —ella asintió y se quedó callada.— ¿te acordas cuando me dijiste que nunca te ibas a casar?— nos reimos.

nena bien ; wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora