"-¡Anthony Stark, deja a Peter en paz!
-Señor Stark, su novia está molesta."
"-¡Por una mierda, Steve, dile a Clint que deje de llevarse mis flechas!
-¿Cuántas veces tengo que decírtelo? ¡Lenguaje!
"-Voy a decir que ese golpe no me dolió.
-Vas a se...
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-¿Cuánto va a tardar? -Te atreviste a preguntar a Bruce/Hulk, parándote al lado de Bucky quien te abrazó por los hombros y te apegó a su cuerpo.
Miraste a Steve, al hombre que te había reclutado hace siete años y que desde ese momento se convirtió en un padre para ti, se dedicaba a contarte historias y anécdotas de su pasado en los 40, como lo golpeaban en el callejón, detrás del cine y del Café.
-Para él, lo que tenga que tardar y para nosotros, cinco segundos -respondió.
-Voy a estar bien, pequeña -te dijo el Capitán listo para regresar las gemas a su lugar, regresó su mirada al científico- Estoy listo.
Bruce asintió y puso en marcha la máquina, de un momento a otro el rubio había desaparecido.
-¿Ya? -preguntaste impaciente.
-Tranquila, encanto -te susurró Bucky al oído.
Observaste al sujeto verde con lentes, asintio hacia tu direccion y empezó con la cuenta regresiva -Cinco, cuatro, tres, dos, uno.
Miraste al centro, no estaba allí -¿Dónde esta?
Te separaste del abrazo de Barnes y tu mirada desesperada se dirigía a cualquier parte para encontrarlo, hasta que viste la figura de un hombre delgado, con una chaqueta color crema, el cabello canoso y con un objeto a su lado tapado con una cubierta de cuero, sentado frente al lago.
-Acercate -te dijo Buck, sonriendote.
Indecisa caminaste hacia un costado del hombre, quien parecía estar en completa paz observando el paisaje -¿Steve?
Volteó a verte, era él definitivamente lo era, te sonrió con cariño y tus lágrimas se hicieron presentes -¿Qué pasó?
-Decidí hacer mi vida, -estiró su mano, con manchas y con arrugas, para que la tomaras y eso hiciste - la vida que siempre quise tener.
-Junto con Peggy, ¿verdad?
Sonreiste recordando cuando te contaba sobre el amor de su vida, aquella mujer de cabellos castaños y sonrisa encantadora.
Asintió, soltó tu mano y la dirigió hacia el objeto circular aún cubierto, lo destapó mostrando una parte de su escudo de Capitán. Lo sacó y te lo extendió.
-Tomalo, -te dijo sin más dejándote desconcertada- ahora es tuyo.
-No puedo, -negaste rotundamente- no puedo reemplazarte, Steve.
-Si puedes, siempre supe que serías buena líder hasta mejor que yo.
Miraste hacia Bruce y Bucky, este último te hizo una señal como diciéndote "Tomala, ahora te pertenece"
Lo sujetaste, y admiraste los colores brillantes del rojo, azul y blanco, lo no tan pesado que era y lo liso que era -Pontelo.
Hiciste caso, pasaste las tiras gruesas por tu brazo izquierdo poniendo el escudo frente tuyo -¿Que tal me veo? -preguntaste.
-Te queda mejor a que mi -rió.
-Es un honor, Capitán -te arrodillaste frente a él aún con el escudo y sostuviste sus dos manos con tu mano libre.
