"-¡Anthony Stark, deja a Peter en paz!
-Señor Stark, su novia está molesta."
"-¡Por una mierda, Steve, dile a Clint que deje de llevarse mis flechas!
-¿Cuántas veces tengo que decírtelo? ¡Lenguaje!
"-Voy a decir que ese golpe no me dolió.
-Vas a se...
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Habías mirado la prueba de embarazo por más de una hora, aún sentada en la taza del baño. Tus manos temblaban de los nervios o de la felicidad, toda tú era un remolino de sentimientos que no sabías identificarlos. ¿Cómo se lo dirías?
Siempre habían hablado de formar una familia, después de diez años de relación, pues ¿quién no? El problema eran los quistes en tus ovarios, la ginecóloga les había dicho que sería muy difícil concebir aunque con tratamiento se podía.
Y parece que dio resultado todos los cuidados que Stark te daba, se encargaba de darte tus medicinas y a seguir una rutina de ejercicio junto con él por las madrugadas, y cuando él no podía le pedía el favor a Steve. El moreno se controlaba así mismo por las noches para no lastimarte mientras hacían el amor.
Estabas yendo a su sala de experimentos, donde creaba a sus bebés metálicos. La puerta se abrió automáticamente, Tony estaba sentado frente a una mesa haciendo unos nuevos retoques a la máscara de su armadura, no sintió que habías entrado.
Pusiste la prueba frente a sus ojos, obstruyendo su vista a lo que hacía antes. Dejo de lado su máscara y sujetó el pequeño tubo blanco entre sus dedos con delicadeza.
—¿Lo logramos? —Te preguntó mientras volteaba a mirarte, sus ojos estaban brillosos.
—Lo logramos, Tony —Sonreíste a más no poder, los dos ya estaban llorando.
—Que sea un niño, —te abrazó por la cintura colocando su cabeza en tu vientre— no, mejor una niña. No importa lo que sea, pero que nazca bien.
