Capítulo 3: 'La "no" cita. Parte 1/2'

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Cuando llegamos a casa, ella se fue a su habitación toda feliz abrazando su foto con Harry. Cuando vi el reloj, aún faltaban dos horas para que Niall llegara, así que me sobraba el tiempo para darme una ducha, y para elegir que me pondría, aunque no me esforzaría mucho en eso, ya que Niall solo vendría a darme lo que había cogido de mi coche, y se iría.

Al terminar de ducharme, me puse delante de mi armario, cogiendo lo primero que encontré, estaba claro que no tenía que impresionar a nadie. Así que con un vaquero clarito, y una camiseta blanca con la palabra 'fuck off' en medio, estaba más que perfecta.

Como aún faltaba media hora para las ocho, bajé al salón, y me puse una película. Cuando el timbre sonó, faltaban diez minutos para las ocho, así que pensé que Niall no podía ser.

—Hola...—Él me sonrió, viéndome de arriba abajo—Sentí la indirecta—Señaló mi camiseta, aun riéndose, y bajé mi mirada hacía mi camiseta, riéndome con él.

—No es una indirecta, rubito... —Miré hacía sus manos, esperando encontrar algo de mi coche, pero no había nada.

—Estás guapa...—Fruncí el ceño, mientras él me miraba fijamente— ¿Nos vamos? —Mi ceño se frunció más.

— ¿Irnos? ¿A dónde?

—Oh...—Niall se rascó la nuca—Es que la cosa que te cogí...no está aquí...em...tenemos que ir a un sitio a búscala...—Rodé los ojos, y bufé.

—Tienes que estar bromeando—El rubio sonrió nervioso, mientras estiraba su mano hacía mí.

— ¿Vamos? —Suspiré, y puse mi mano sobre la suya a regañadientes. Él sonrió, y yo me estremecí ante su tacto.

Caminamos agarrados de la mano, hasta el que yo creía que era su coche, hasta que vi que él se subía atrás conmigo, y un hombre conducía.

—Podemos ir en mi coche, si quieres...—Él me sonrió.

—No te preocupes, Paul sabe a dónde llevarnos, tu solo déjate llevar. —Sonrió de medio lado, e hice una mueca con la boca, mirando por la ventana.

— ¿A dónde me llevas, rubito? —Dejé de mirar por la ventana, para mirarlo a los ojos.

—Es una sorpresa...—Iba a decir algo, pero él habló primero—Por cierto... ¿Te caigo mal, o algo así? —Tragué saliva, desviando mi mirada lejos de él.

—No lo sé, eres un ladronzuelo chantajista de menores—Escuché su carcajada, y giré mi cabeza, para mirarlo—No me caes mal, ya no...—Su boca se curvó en una gran sonrisa, que me hizo sonreír a mí también.

— ¿Ya no? ¿Antes si? —Miré al frente, viendo la carretera, y luego volví mi mirada a él.

—Sí, ya sabes...os odiaba a los cinco...siempre tenía que ver a Sam triste, porque no lograba nada de vosotros, eso me enfurecía, y encima tenía que soportarla a ella hablando todo el día de vosotros, no entendía cómo podía seguir ahí, cuando no podía ni conoceros...pero bien, yo estaba equivocada, no sois tan malos...—Él agachó la cabeza, y yo volví a mirar por la ventana.

—Me alegra que cambiaras tu opinión sobre nosotros...—Sonreí, mirándolo—Me gusta tu sonrisa. —Aparté la mirada rápidamente, sintiendo mis mejillas arder.

—Em... ¿Falta mucho? —Niall había conseguido ponerme nerviosa, y no podía dejar que me viera así. Él miró hacia delante.

—No, ya queda poco, tranquila—Me miró de nuevo, y nos sonreímos.

Estuvimos hablando un largo rato, el coche se detuvo, pero él siguió hablando, como si nada. Miré despistadamente por la ventana, dándome cuenta que estábamos en el aparcamiento de un McDonald's, lo cual me extrañó bastante.

Cada vez que Niall sonreía, algo pasaba dentro de mí, y eso no me gustaba ni un poco. Ese rubio de ojos azules, me estaba afectando demasiado.

Paul se bajó del coche sin decir nada, Niall seguía hablando como si la cosa no fuera con él. Después de un rato, Paul volvió y arrancó el coche. Pensé que había parado para comprarse algo de cenar, dado que había vuelto con una bolsa, así que lo dejé pasar.

— ¿Y cuántos años tienes, Daphne? —Aparté la vista de Paul, y miré a Niall.

—Pues estoy a punto de cumplir los veinte.

—Oh, genial, ¿cuándo los cumples? —

—Dentro de unas semanas, no llevo las cuentas aun—Niall se quedó mirándome y eso me puso nerviosa, odiaba estar así delante de él, o de cualquiera, no me gustaba la sensación de que alguien controlara mis sentimientos, así que giré la cabeza, y miré por la ventana nuevamente.

Solo se miraba el mar, no tenía ni idea donde estaba, pero me sentía bien.

—Ya llegamos—Dijo Paul, mientras aparcaba el coche. Niall bajó, y me abrió la puerta. Estiró su mano, y yo puse la mía sobre la suya.

—Gracias—Le dije a la vez que salía del coche. Él fue hacia el otro lado, y le pidió la bolsa a Paul, yo no entendía nada, ¿no se suponía que esa era la cena de Paul?

Niall vino hacia mí, y Paul se fue. Me puse algo nerviosa, si Paul se iba, ¿quién me llevaría a casa? Niall puso su brazo por mi espalda, y me condujo hasta el interior de la playa. Yo observaba todo, me sentía bien estando allí, me encantaba el sonido del mar.

Comenzamos a caminar por la playa, él no decía nada, solo caminaba, y a mí la verdad no me importaba si él no hablaba, así escucharía mejor el sonido del mar.

— ¿Qué hacemos aquí? — Pregunté después de un rato caminando en silencio.

—Bueno...Caminar—Sonrió. Yo miré hacia el mar, no estaba muy atenta a él pero escuché que murmuró 'esto no se me da bien'. Sonreí, eso me hizo gracia— ¿Qui-quieres helado? —Quité la vista del mar y lo miré a él, estaba levantando un poco la bolsa que había cogido Paul en el McDonald's.

—Em...Vale—Sonreí sin despegar los labios. Niall abrió la bolsa y sacó un vaso, lo reconocí al momento, era un McFlurry, mi mente empezó a pensar en Sam de repente, todo era muy raro, la playa y el McFlurry. Niall me dio el vaso y me sonrió.

— ¿Qué es? —Pregunté.

—Un McFlurry de Kit Kat, te gusta, ¿no? —

—Me encanta—Susurré. Niall esbozó una sonrisa de esas que me dejaban embobada—Está bien, ¿qué está pasando? —Pregunté con tono de reproche. Todo era ya demasiada coincidencia.

— ¿Qué está pasando de qué? —

—Venga rubito, que no soy tonta, el McFlurry, la playa... ¿Qué pasa? —

—Sam dijo que te darías cuenta rápido, tenía razón... —Agachó la cabeza sonriendo.

Yo me quedé mirando extrañada, no entendía nada, ¿Sam? ¿Qué tenía que ver ella? En aquel momento sí que no entendía nada.

— ¿Me vas a contar, o me voy a preguntarle a Sam? —Niall me miró fijamente a los ojos.

—No, no, le pregunté algunas cosas sobre ti a tu hermana. Necesitaba pagarte de alguna manera que me salvaras, aunque siempre te voy a estar agradecido.

— ¿Sam te dijo cosas sobre mí? ¿Cómo qué? —

—Pues esto exactamente—Niall sonrió—Que te gusta caminar por la playa mientras te comes un McFlurry de Kit Kat, así que, ¿vamos? —Puse los ojos en blanco. Sam era increíble, le vendería mi alma al diablo por Harry, hablaría con ella de eso luego, me las iba a pagar.

Empezamos a caminar uno al lado del otro, comiendo los helados en silencio. El sonido de las olas rompiendo en la orilla, me relajaba muchísimo, así que estaba en mi pequeño paraíso personal.

Cuando terminamos los helados, caminamos hasta una papelera que había cerca, y justo al tirar los vasos, nuestras manos se rozaron, poniéndome de nuevo nerviosa. Mierda.

— ¿Sabes que me encantaría hacer ahora? —Preguntó sonriéndome, haciendo que mi corazón empezara a latir descontrolado.

Siempre [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora