Siempre [Niall Horan]

Capítulo 11: 'Te eché de menos'

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Al día siguiente, volví a escuchar una voz, pero esa la reconocía perfectamente, era la de mi madre. Ella venía todos los días también, aunque por su trabajo, no podía pasarse el día conmigo, como ella quería. Pero ella estaba tranquila, sabía que él me cuidaba muy bien, que no podía estar en mejores manos.

Escuché como mi madre le explicaba, que había venido porque el médico la había llamado con urgencia. Al decir eso, él se puso muy nervioso, y mi madre intentó calmarlo, diciéndole que me cantara, y él no dudó en acercarse, dejarme un beso en la mejilla, y seguir cantándome nuestra canción, mientras apretaba mi mano, con la esperanza de que me despertara.

—You've never loved your stomach or your thighs... —

A la mañana siguiente, me levanté sin ánimos. Por suerte, era sábado, y no tenía que ir a trabajar. Nico me llamó, y fuimos al club a jugar al billar.

Nico y yo, siempre pasábamos los fines de semana juntos, y este, no iba a ser la excepción. Bebimos, salimos, bailamos, y jugamos al billar y al golf. Según me había contado mi madre, un chico rubio me había ido a buscar varias veces durante todo el fin de semana. Sabía que era Niall, y que quería hablar conmigo, pero iba a hacer todo lo posible porque no nos volveríamos a ver nunca más. Era lo mejor para los dos, él seguiría con su vida, y yo con la mía, aunque lo echara de menos, tenía que ser fuerte.

El lunes por la mañana, Nico intentó animarme un poco, pero me era imposible estar feliz, extrañaba todo de Niall. Un pedido nuevo llegó, como si el cielo escuchara mis plegarías de una distracción, y me metí en la parte de atrás del local, perdida entre cajas y cajas.

En un momento, Nico vino por detrás, y me tapó los ojos, intentando un nuevo método de distracción.

—Basta, Nico...tus métodos para distraerme no harán que deje de estar triste...—Levanté mis manos, separando las suyas de mis ojos, y di un paso adelante.

— ¿Por qué estás triste? —Mi corazón empezó a latir deprisa, al escuchar la voz de Niall, maldita sea, era él quien me había tapado los ojos.

Me giré rápidamente, mirándolo a los ojos, sí, era él, estaba ahí, y joder, estaba más hermoso todavía, ¿Cómo podía ser eso posible?

—Niall...—Tragué saliva— ¿Qué haces aquí? —Él me cogió la mano, ayudándome a salir de en medio de las cajas, y nos quedamos todavía más cerca.

—Vine a verte, ya que no me contestas el móvil, y nunca estás en tu casa...—Su ceño se frunció levemente— ¿Te hice algo? ¿Dije algo que te molestó? ¿Por qué te fuiste del cine sin despedirte? —Se veía dolido, y eso no me gustaba.

—No, claro que no...No hiciste, ni dijiste nada malo. Solo...me tenía que ir, y tú estabas ocupado con tus fans...no iba a molestarte—Desvié mi mirada lejos de él, intentando que mentir me resultara más fácil—No te contesté porque...he estado ocupada todo el fin de semana...—Él agachó un poco la cabeza, y movió los pies inquietamente.

—Oh...bien, creí que había hecho algo mal...—

—No podrías hacer algo mal aunque quisieras, Niall. —Me tensé, al darme cuenta de lo que había dicho. Niall levantó la cabeza, y me miró de una manera extraña. Se acercó más a mí, haciendo sentir su respiración en mi cara. Sentí como ponía su mano en mi cintura, mientras sus ojos no dejaban los míos, si se podía morir de nervios, yo estaba a punto de morir. Niall se acercó un poco más, y entonces, escuchamos la voz de Zayn.