Ocho

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JeongHan.

Realmente no sé qué en que estaba pensando Jisoo cuando me invitó a su “sesión de servicio”, ni siquiera sé en qué estaba pensando yo mismo cuando acepté venir. Y no creo que se le hubiese ocurrido que yo aceptaría cuando me lo propuso, de hecho se vio demasiado sorprendido cuando le dije que vendría, y esta mañana cuando nos reunimos en la iglesia junto a otros jóvenes se le veía realmente feliz.

Sé que había intentado hacer que Jun y Myungho nos acompañaran —de acuerdo a ellos, Jisoo los invitaba todo el tiempo—, pero ellos si habían rechazado la oferta. Así que somos solo nosotros dos, y Jihoon (porque él está obligado a ir, quisiera o no), junto a un montón de extraños cercanos a nuestra edad.

Yo me quedo junto a Jisoo todo el tiempo, más que todo porque él insiste en llevarme a todos lados y presentarme a todo el mundo. A la mayoría los he visto durante las misas de los domingos, sus rostros fijos en mi memoria, y a algunos otros creo haberlos visto alguna vez por la ciudad, pero no estoy muy seguro de ello; toda la gente en Pohang se parece mucho. Jisoo me dice el nombre de cada uno, Jihyo, Jinwoo, Jaeno, pero mi mente se pierde entre tantas jotas y dejo de escuchar luego de la quinta persona.

Es curioso como, para ser alguien socialmente ansioso, Jisoo conoce a tanta gente.

Justo frente al monasterio hay un autobús estacionado y cuando se hacen las ocho de la mañana (estamos aquí desde las seis), finalmente recibimos instrucciones para poder subir. Pierdo de vista a Jisoo mientras hacemos la fila de abordo y aunque hago lo posible para guardar un asiento vacío a mi lado, y lograr que Jisoo esté junto a mí, termino de todas formas con un tipo robusto y colorado, que estoy seguro Jisoo me presentó, pero del cual no recuerdo el nombre.

Jisoo y Jihoon son los últimos en subir y se sientan en la banca al lado de la mía al otro lado del pasillo. Atrapó la mirada de Jisoo justo a tiempo, y abro mucho los ojos, apretando los labios como si estuviera reprochándole el que me dejara solo. Él solo se encoge de hombros y frunce las cejas como disculpas.

Justo cuando empiezo a preguntarme por qué aún no nos hemos movido, otro hombre se sube al autobús. Es claramente mayor que todos aquí, pero no un anciano como todos los sacerdotes de la iglesia. Parece ser él quien está a cargo de la actividad de hoy.

—Hoy haremos un poco de servicio a nuestro prójimo —dice el tipo, uniendo ambas manos y sonriéndole a todos con demasiada alegría. Yo empiezo a preguntarme si soy el único que no sabe quién es, y como si leyera mi mente decide presentarse—. Mi nombre es Kim Jonghyun y seré su líder el día de hoy, para quienes están aquí por primera vez, sean bienvenidos; esperamos que esta sea una buena experiencia para ustedes y decidan acompañarnos en las siguientes. Y para quienes ya han estado aquí, no tengo mucho que decir, solo gracias por volver.

Todos empiezan a aplaudir y Jonghyun parece estar incluso más feliz, inflando el pecho con alegría al escuchar los vítores alegres de los pasajeros. Luego hace un gesto con ambas manos mientras sisea y todo el mundo vuelve a callar, por el rabillo del ojo miro hacia Jisoo y Jihoon y los dos parecen muy concentrados en Jonghyun.

—Nuestro servicio de hoy será en el parque Gwanhwanameun, sus instalaciones se han vuelto viejas y es necesario rescatarlas, ya que este parque es un foco cultural de nuestra ciudad. Nos dividiremos en dos equipos; limpieza y restauración, pero ya les explicaré mejor cuando lleguemos allí.

Un par de aplausos se me escapan, pero son ahogados rápidamente en el silencio porque fui el único en hacerlo. No sé porque se ocurrió aplaudir otra vez, así que muero de vergüenza lentamente mientras escucho como Jihoon ahoga una risa al otro lado del pasillo.

Pedacito De Cielo ➳ JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora