∆Capítulo 19∆

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Hiccup siempre decía que no debía guardarme tantas cosas, que no fingiera todo el tiempo porque algún día exploraría y sería catastrófico.

Siempre decía que éramos bombas, y al explotar dañaríamos a todas las personas que estuvieran a nuestro alrededor. En ese entonces me comparaba con Hasel Grace de Bajo la Misma Estrella cuando decía que era tan frágil como una bomba... pero no era una bomba, era una miserable flor que se encontraba agonizando.

¿Cuánto dolor estás dispuesto a soportar para llegar a tu límite?

¿Cuántas raíces estaba dispuesta a que me arrancaran para por fin morir?

¿Para darme cuenta que me habían visto la cara de tonta por tanto tiempo?

"Ten cuidado en quien confías." Esas habían sido las palabras de mi hermano cuando recién empezábamos la secundaria, claro que nunca le hice caso y ahora me arrepiento de no escucharlo, de pensar que era un paranoico.

Jack se había ido de viaje con su padre para que comenzara a introducirse al negocio de administración de hospitales, pero estaba segura que su padre lo había hecho para evitar que estuviéramos cerca... y eso estaba bien, al menos ya no tendría que preocuparme por no estar a su lado en los recesos y en micro momentos que nos veíamos en los pasillos. Era una presión menos. Pero eso no significaba que no doliera. Las veces que estuvimos juntos no le miraba a los ojos, por vergüenza y miedo, no quería ver su desprecio y asco hacia mí,me gustaba recordar su mirada antes de que todo fuera descubierto.

Las cosas con el señor Mano Dura iban de mal en peor y eso me traía muy nerviosa, no me concentraba lo suficiente en las clases por pensar en las cosas que tenía que hacer llegando a aquella casa del horror. Lavar su ropa, tener planchadas sus camisas, lustrar sus zapatos, limpiar la nieve que quedaba en el patio, lavar las sábanas en las que me violaba, preparar la maldita cena... y si algo no estaba tal cual lo había ordenado entonces comenzaba el martirio. Él decía que a golpes uno aprende pero estaba segura que entendía perfecto sin ellos. Tenía que hacer todo exactamente como él lo ordenaba, porque en cualquier momento ya no me golpearía, no, en algún momento si llego a fallar me encerrará nuevamente en aquel sótano infernal, con todos sus juegos y artefactos horribles que al único que le causa gracia y placer es a él. No quería volver a ese lugar, no quería... no quiero de tan solo pensar en aquellos meses sin ningún contacto humano que no fuera él, en el dolor, el sufrimiento, él hambre, el frío, la humillación... no podía volver ahí, enloquecería. Tomo más calmantes para poder soportar su presencia, estoy consiente del daño que me provocaría una sobre dosis pero no podía estar tranquila frente a él. Creo que he comenzado a utilizar más afrodisiacos, miles de pastillas para poder recuperar el dinero que invertí en mi recuperación. Estaba estresada, habían dos clientes que ahora se habían vuelto frecuentes y pagaban diez mil dólares por estar toda la noche conmigo los fines de semana, y Drago al enterarse de esto comenzó a exigirme más dinero. He pensado en no drogarme antes de llegar al horrible lugar donde miles de hombres me esperan sólo para poder conocer a aquellos dos que tanto se habían "encariñado" conmigo. Pero me daba miedo, estar consiente cinco días a la semana con Drago era demasiado como para estar consiente los fines de semana... cielos, incluso tuve que dejar de trabajar en la cafetería de Cass Hamada por tanta presión que tenía mi vida. Si no dejaba el trabajo, por más pastillas que tomara me daría un ataque de pánico, un ataque de estrés... no sé, tal vez todo junto.

El catorce de febrero estaba cerca y toda la escuela se encontraba apurada para sacar a flote la celebración que se llevaría acabo. Sin embargo, nunca llegué a pensar que ocurrieran tantas cosas horribles cerca de esta fecha, supongo que, después de todo, en algún momento iba a pasar y yo no estaba dispuesta a seguir viviendo.

Jackunzel: Golden FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora