Jackunzel: Golden Flower

∆Capítulo 22∆

Vivimos en Berk los primeros diez años de vida, en un pequeño apartamento con vista a la gran ciudad y a un peque. Mi madre... no fue la mejor persona, tener que hacerte cargo de un par de mellizos no es fácil...

El verdadero problema inició cuando Hiccup enfermó en nuestro cumpleaños número siete, estábamos viendo Planeta 51 y a mitad de película se desmayó, los doctores le diagnosticaron hipotermia pero era ilógico que un niño tuviera hipotermia solo pro el aire acondicionado en la sala de cine así que los estudios por saber que era lo que mi gemelo tenía comenzó. Fue estresante y deprimente, a cada médico que íbamos nos daban un resultado diferente, ninguno nos supo decir que era lo que padecía. Mi madre enloqueció y se endeudó terriblemente.

Los gritos en el departamento eran cosa de todos los días, cuando no íbamos a citas al hospital ni nos quedábamos por allá, siempre era yo quien se encargaba de cuidar de Hiccup y a mí madre cuando por fin se desmayaba y me dejaba en paz. Detestaba que me gritara, me alteraba y me aturdía, me hacía sentir que no estaba haciendo un buen trabajo de hermana melliza. Fue demasiado el estrés y terror de que algún día despertara y encontrara a Hiccup muerto.

Después del primer año del caos pudimos controlar los ataques de Hiccup, pero nunca dejamos de investigar qué es lo que padecía.

Dos años más tarde... cumplimos diez. Era uno de los pocos días que mi madre se mantenía sobria y en el mejor humor que ella podía. Había hecho hot cakes, sopa de avellana y compró un pastel con muchas velas. Diez velas para cada quien. La mejor amiga de mi madre, Meg, asistió a nuestra pequeña fiesta como todos los años. Todo fue maravilloso, normal. Había notado a mi madre algo tensa pero no le dí importancia, ella siempre estaba algo tensa en nuestro cumpleaños.

Al día siguiente apareció en nuestra puerta aquel ser tan repugnante, hasta la fecha sigo preguntándome cómo es que mi madre fue a enredarse con un hombre como él. Ella nos explicó que había pagado todas las cuentas del hospital gracias a la ayuda de aquel hombre, pero que necesitaba el dinero de vuelta y claramente mi madre no lo tenía, así que nos dejó a cargo de él. Ella dijo que, era nuestra responsabilidad pagarle a Drago Mano Dura porque ella había gastado todo ese dinero en nosotros, en Hiccup pero todos sabíamos que la mayor parte de ese dinero fue gastado en alcohol.

Jamás imaginé que vivir bajo el dominio de aquel impotente  hombre sería tan terrible.

Al llegar a nuestro nuevo hogar mi hermano y yo nos llevamos una sorpresa al ver la casa donde ahora viviríamos. El señor Mano Dura era un hombre importante, vestía ropas y zapatos de marca, su auto era increíblemente lujoso, ambos esperábamos una casa enorme con sirvientes y todo, como solía pasar en las películas. Pero la casa que se encontraba frente a nosotros era algo grande, definitivamente más grande que nuestro departamento, estaba algo olvidada y el pasto a su alrededor estaba marchito. Creo que era la casa más fea de todo el fraccionamiento. El interior tampoco era muy bonito, había polvo y telarañas por todos lados, la pintura de las paredes había dejado de existir, los sillones estaban algo rotos... la casa daba miedo. El cuarto que nos tocó si era más grande de lo que estábamos acostumbrados, incluso teníamos un baño dentro del cuarto y una ventana que daba vista al seco patio. Solo había una litera al fondo, un tocador y un ropero. No estaba segura que con esos muebles cupiera toda nuestra ropa.

Las reglas eran claras, teníamos que pagarle un mínimo de cien dólares cada quien para poder vivir en aquella casa con comida, agua y una escuela. ¿Cómo conseguiríamos el dinero? No le interesaba, si él, al final de cada mes no recibía sus documentos dólares podíamos comenzar a buscar un lugar en la calle donde dormir.