Todo había pasado demasiado rápido, todo parecía tan irreal: Hiccup, Drago, mi libertad, Jack, Cass...
-¿Pero qué dices?- Cass farfulla anonadada mirándome con los ojos abiertos, al igual que la oficial que me recogió en aquella casa. Lo había contado todo, lo había denunciado y había contado todo lo que había pasado en siete años.
Eran noticias fuertes, cosas terriblemente delicadas y Cass parecía que la cabeza le iba a explotar. Había pedido salir un minuto de la oficina de la oficial Hops para poder asimilar todo lo que acaba de decir. Después volvió a entrar y lloró, culpándose de todo.
-Todo era tan obvio, tus cambios de humor, tu ropa, tus notas... Me pedías a gritos que te ayudara y no me di cuenta.
Fue desgarrador, pero yo le había advertido que la verdad era horrible y que ni yo misma la soportaba. Me había preparado días antes para su reacción, para su decisión ya que al saberlo probablemente ya no me quisiera cerca y el amor que ella me tenía se extinguiría, eso era lo que más temía después de confesar todo: volver a quedarme completamente sola.
Sin embargo, una hora después de que Cass lloró, se tranquilizó y la oficial Hops prosiguió con el protocolo, la señora Hamada hizo algo que jamás esperé.
-Quiero que sepas que no estoy enojada contigo corazón- tomó mis manos sorbiendo su nariz, mirándome a los ojos- estoy todavía procesando pero comprendo el porqué no me dijiste antes, ahora todo cuadra. Lamento muchísimo todo lo que has pasado, pero no estás sola cariño, voy a hacer todo lo posible para que ese desgraciado pague por todo lo que te ha hecho y a Hiccup también.
-¿N-No me odias?- murmuro sintiendo como las lágrimas amenazan con salir.
-Claro que no- sonrío, acariciando levemente mi mejilla- lamento haberte dicho tantas cosas horribles, pero jamás podría odiarte, ¿oíste?
La señora de cabellos castaños que nos había recibido con brazos abiertos a su casa hace siete años cuando no teníamos a nadie me abrazó y me hizo sentirme segura y querida. No la había perdido, eso me traía paz. Era la segunda persona adulta que se había preocupado por mi en mis diecisiete años de vida.
No volví a hablar ni ver a Drago Mano Dura desde esa noche. La oficial Hops junto con Cass y los padres abogados de Mérida Dumbroch me habían ayudado para que él tuviera un juicio y una consecuencia a todos sus crímenes, porque yo no era la única quien estaba bajo amenaza, eran todas aquellas chicas y chicos que estaban en el prostíbulo, estaba el padre de Jack quien había hecho tratos sucios con él, estaban miles de personas envueltas con Drago Mano Dura.
La noticia que uno de los mejores y más prestigiados abogados del mundo estaba metido en abuso contra menores, violación, prostitución, venta de drogas, lavado de dinero y mucho más, era una bomba. En todos lados era de lo único que se hablaba. Y es que, si no pensaban meter a un importante miembro de la corte a la cárcel entonces se verían obligados a hacerlo por presión social. Probablemente la única cosa buena de las escandalosas noticias era que no me molestaban a mi, decidí que no quería estar en la boca de todos, no quería salir a la calle y que todos al verme dijeran "mira, ahí va la chica de quién abusaron" no, con que las personas más cercanas e importantes a mi supieran y me miraran así era más que suficiente.
La oficial Judy Hops dijo que me mantuviera alejada de Solaris por unas semanas y no pude estar más feliz y de acuerdo con ello. Junto con Cass, Hiro y los chicos viajamos a San Frasokio, a la casa de Fred dónde se encontraba Hiccup, ahí nos quedaríamos hasta que las cosas se calmaran un poco.
Un mes después Jack y yo habíamos decidido salir a alguna plaza cerca de la casa, no habíamos hablado mucho desde que nos encontramos en la estación de policía cuando trajeron a su padre por los delitos que había cometido, un respiro a toda la situación nos vendría bien.
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Jackunzel: Golden Flower
Romance¿Escuchaste hablar sobre la mágica flor dorada? Cuenta la leyenda que una gota de sol cayó sobre la tierra, formando así una bella flor de color dorado que poseía poderes especiales y la personas que la encontraste sería afortunada. Rapunzel fue a...