-... nieve, entonces pensaba que como regalo de aniversario fuéramos a esquiar, aprovechando además de que Elsa regresa a casa para las fiestas navideñas. Creo que es una buena idea y me enteré que Kristoff tiene un trineo entonces eso será más emocionante. ¡Cielos, ya quiero que pase!
Ana llevaba cuarenta minutos hablando sobre el regalo perfecto para Kristoff, Honney asentía de vez en cuando fingiendo que seguía escuchándola y yo había perdido el hilo de la conversación hacía mucho. Estaba atenta a atender a la gente que llegaba a la cafetería y a limpiar las mesas. Cuando estuve segura de que había terminado le sonreí como hago siempre que termina y no le puse atención completamente.
-Eso es grandioso Ana, ¿ya terminaste los ejercicios?- pregunta Honney Lemmon despegando la vista de su cuaderno y posándola en mi amiga pelinaranja.
La sonrisa de la susodicha decayó un poco, lo había olvidado.
-Pf, claro. Ahorita los termino, son tan fáciles como saber cuánto es dos más dos.
-Yo no he visto que sacaras nada de tu mochila en estos cuarenta minutos- me atreví a decir mirándola divertida.
-Eso es porque antes de pensar voy a comer, ¿sabes que el noventa por ciento de nuestras energías se van al cerebro? Y que estamos pensando ocho horas diarias y luego quieren que pensemos otras horas más acerca de la escuela, así que me tomo un break para recuperar las energías pérdidas. ¿Me das sushi por favor? Del sabor que sea.
Ana me entregó el dinero para cobrarle su alimento, rápidamente saco del mostrador un paquete de sushi y se lo entrego, para después entregarle su cambio.
-¿Quieren un poco? Ustedes necesitan energía también. Honney, llevas estudiando todo el rato que hablé así que come o los números y letras te confundirán.
Honney rió y aceptó un rol de Ana, sin antes ponerle un poco de aderezo. Me alejé de la barra para ir a una mesa que estaba lista para ordenar. Al tomar su orden regreso a la barra para darle la orden a Cass y regresar con mis amigas hasta que la orden de la mesa ocho estuviera lista.
-¿Tú no quieres?
-No, gracias.
-Debes comer- me señaló con sus palillos chinos- tú no sólo piensas, también trabajas gastas más energía que nosotras dos juntas. Anda, come.
-Ya comí- ambas chicas me miraron incrédulas y solté un suspiro- Cass se asegura de que coma antes de que comience a trabajar, así que ya comí no hay nada de qué preocuparse.
Ambas chicas me miraron un rato para averiguar si estaba mintiendo, tenía la mala costumbre que al deprimirme dejaba de comer y últimamente habían cosas por las cuales deprimirme más de lo normal. Después de unos segundos inspeccionándome se dieron por vencidas y decidieron confiar en mí.
-Tengo una pregunta- habló Honney después de que llevara la orden a la mesa ocho y cobrara en otras tres mesas- ¿Cómo le haces para controlar tu vida escolar y laboral? Ha de ser muy cansado para ti tener que trabajar después de la escuela y luego de eso llegar a tu casa a hacer tarea y proyectos.
Limpio nuevamente la barra mientras pienso mi respuesta. Bueno fuera que después de trabajar llegara a casa a hacer tarea. Me obligo a mostrarle una sonrisa tranquila y me encojo de hombros.
-Ya me acostumbré. Llevo haciendo lo mismo desde hace siete años- Ana comenzó a ahogarse con un pedazo de sushi al escuchar mi respuesta, era algo que no se esperaba.
-¡¿Siete años?!- gritó y toda la gente volteó hacia la barra para mirarla, murmuró un perdón y luego soltó risitas nerviosas- ¡¿Siete años!?- volvió a repetir ahora susurrando- Tenías como... DIEZ.
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Jackunzel: Golden Flower
Romans¿Escuchaste hablar sobre la mágica flor dorada? Cuenta la leyenda que una gota de sol cayó sobre la tierra, formando así una bella flor de color dorado que poseía poderes especiales y la personas que la encontraste sería afortunada. Rapunzel fue a...