∆Capítulo 38∆

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Disparo una y otra vez acercándome al cuerpo agonizante de aquel demonio, aprieto mis dientes y mi cuerpo se tensa.

>>Muere, muere, muere<<

Las balas se agotan y la vida de Drago Mano Dura deja de existir, su cuerpo es rodeado por su misma sangre, sus ojos han quedado abiertos, como si la primera bala desconocida que atravesó su cráneo lo sorprendiera.

Caigo de rodillas al suelo y una ola de adrenalina invade mi cuerpo, comienzo a golpear el cuerpo inherte con tanta fuerza dejando salir todos aquellos sentimientos que había reprimido por tanto tiempo.

-Rapunzel- una voz de mujer me asusta y tomo la pistola de nuevo apuntándole.

La mujer levanta sus manos y se acerca lentamente hacia mi sin intenciones de hacerme daño. Bajo el arma y limpio mi rostro para ver mejor la figura que está frente a mi.

-Mamá- susurro y volteo a ver al hombre muerto para después abrazarla, sin comprender lo que sucedía.

-Está bien, estás a salvo, ya estoy aquí- murmura envolviéndome en sus cálidos brazos.

-¿Cómo... Nos encontraste?- balbuceo confundida después de un pequeño silencio. 

-Es algo complicado... Ya te contaré ahora tenemos que salir de aquí, Punz.

Habló. Asiento separándome de ella, sintiendo calidez en mi pecho por aquel apodo.

-Hiccup... Jack... - no podía articular una frase coherente, los gritos ahogados de Hiccup taladraban mis oidos, seguía sacudiéndose y lastimándose por las sogas que lo mantenían atado.

-Ve por Jack, Meg y yo ayudaremos a tu hermano.

Me mira a los ojos con preocupación y un escalofrío recorre mi espina dorsal. Asiento mareada, gateando hasta llegar al chico peliblanco que seguía temblando.

-¿Jack?- susurro, tomando su rostro entre mis manos, acercándolo a mí para escuchar sus lentas respiraciones- Jack, ¿m-me escuchas?

El chico había cerrado sus ojos pero al escucharme logró entreabrirlos, quiso decir algo pero solo salieron palabras que no pude entender.

-Vas a estar bien, quédate conmigo- hablo un poco más fuerte y descanso su cabeza en mis piernas. Me quito la blusa que traía y se la coloco antes de volver a ponerle la chamarra.

-Jack- lo llamo de nuevo y no recibo respuesta. Las pulsaciones de mi corazón vuelven a acelerarse y la cabeza vuelve a punsarme al saber que estaba perdiéndolo- No no no, Jack quédate conmigo por favor.

El aire comienza a hacerme falta y lo abrazo lo más fuerte que puedo escondiendo mi rostro en su cuello, necesitaba transmitirle calor.

No recuerdo cuanto tiempo me quedé en esa posición, sentía que estaba alucinando que todo era un juego de mi mente para mantenerme con vida.

-...Punzel...

Mi cuerpo se tensa al sentir una delgada mano en mi hombro moverme, levanto un poco mi cabeza y veo la distocionada figura de Meg. Sorbo mi nariz sintiendo la lenta respiración de Jack en mi pecho y trato de prestar atención.

-Te ayudaré a cargar a Jack, vamos.

Si estaba alucinando, ¿porqué no pensar en que había ganado y podía ser libre?

Asiento ladeando un poco la cabeza para que dejara de molestarme y ser de ayuda.

Si esto era un sueño, entonces quería que fuera el mejor de todos.

Jackunzel: Golden FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora