Pistolas de amor (editando)

2. Confesiones en un bar cutre.

-Pues al final no es que te haya servido mucho la chaqueta...- comentó Ashton mientras observaba la chaqueta empapada.
-No la verdad - dije sonriendo.
-Hola, bienvenidos a NELTES que quieren tomar.
- Yo quiero una cerveza sin alcohol y Lena tu que quieres.
-Yo una fanta de limón.
Vi por el rabillo del ojo que Ashton se reía, me molestó bastante que se riera.
-Perdona perdona-me contestó agarrandome la mano, que reposaba sobre la mesa en la que nos habíamos sentado- eres la única chica que conozco que es capaz de tomar ese brebaje.
-Pero tu de donde eres-dije riendome- aquí todo el mundo bebe esto.
La verdad es que yo era la única chica tanto de mi familia, como de mi amigas que era capaz de tomar eso.
-Claro en mi país no es que se beba mucho- dijo dando un trago a la cerveza que acaba de traer el camarero.
-Por cierto, ¿de dónde eres? Porque ese acento muy español no es.
-Si te lo dijera tendría que matarte...
-¡Vaya! Así que eres de los que utiliza frase de pelis.
-¿Yo?- dijo Ashton sorprendido- el director lo copio de mi.
-Ya que no te lo crees -continuó- deberías saber que en el coche tengo un montón de pistolas.
-Pues corre James Bond antes de que entre un atracador y nos robe.
-Con este tiempo, no creo- dijo mirando por la ventana- los atracadores están esperando a que se calme para salir, te lo digo que soy experto.
-Ya ya... Bond te llamabas ¿no?
-Sí, soy Bond James Bond- dijo riendose
Continuamos así el resto de la tarde, hasta que ambos nos dimos cuenta que había parado de llover, y fuimos a ver como estaba el deportivo.
-Ha quedado un poco mal, ¿eh?
-Si, que rabia Estrella de Orión era mi favorito.
Me gire cuando dijo el nombre y me quedé boquiabierta.
-Ah si, no os había presentado- dijo Ashton- Estrella de Orión Lena, Lena Estrella de Orión, bueno lo que queda de él.
-Es un placer- dije atónita- bueno Ashton me tengo que ir.
-Espera Lena, que llamo a una grúa que venga a por él y te acompaño a casa, no te voy a dejar que vayas sola.
-Esta bien- contesté.
Ayude a sacar las cosas de Ashton del coche, y en cuestión de minutos llego la grúa y se llevó a Estrella de Orión.
Ashton me acompañó hasta mi casa allí nos intercambiamos nuestros teléfonos y nos despedimos.
Parecía que todo era como cualquiera historia de amor, pero no era así...