1

315 7 4
                                    

Estimado diario, hoy escribo para desahogar mi pena, pues la tristeza me invade…

Y la Luna tan blanca y tan pura, tan llena y tan hermosa, guarda silencio consumida por su soledad, así como yo estoy siendo consumida por la melancolía de mi alma vacía, de mis lágrimas osadas y de mis recónditos anhelos…

Yo, ahora sumida en la más profunda tristeza,  inmersa en un profundo letargo, dónde los minutos transcurren más lentos, las horas se hacen pesadas y los días, eternos.  

¿Dónde estás amor? ¿Por qué te has marchado tan lejos? Dónde mis manos no pueden tocarte, dónde mis ojos no pueden contemplarte y dónde mis labios no pueden besarte. ¿Acaso es tu ambición más fuerte que los sentimientos que nos unen? ¿Acaso no me he resignado yo a una vida sin amor, hermano? Puedo contentarme sólo con tu compañía, reprimiendo estos sentimientos desgarradores que ansían ser liberados, más han sido sellados en lo más profundo de mi alma y resguardados con recelo, esperando, quizás, algún día ser correspondidos.

He recibido tus cartas, y con ellas, tus dulces palabras, pero más ansío tu compañía, pues la efímera felicidad que me invade al leer tus palabras no suple mi tristeza, pues esta felicidad es arrastrada  por el viento, muy lejos, así como mis pensamientos, ansiosos por escapar de esta prisión, de estos muros fríos, disfrazados de hogar, con personas de sangre que ni fingen amarme, pues tú eres el único en mi vida, el único que aprecia mi existencia y mi ser, a pesar de mi debilidad y de mi ineptitud como lo que soy, o como lo que debería ser.

Tú, y solo tú, eres todo cuanto anhelo,  mi orgullo, mi modelo, mi excelso hermano, mi amor prohibido, mi luz en medio de la oscuridad, mi confidente, mi único todo y a si será por la eternidad hasta el fin de mi días…

Axelle                                                                                                                                                                

FragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora