Desaparecidos.

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Me puse a ver cómo 5 veces The Winchester Mythology: CLASH OF THE BRITISH MEN OF LETTERS para poder escribir este pinche cap. Tal vez para ustedes no sea nada pero estudiar minuciosa y antropologicamente a los vatos que más te cagan es mucho sacrificio :'v

A FUCKING PSYCHO! Qué ironías de la vida que la canción que describe a la perfección a los Letrados Británicos sea entonada por una banda Británica :v pero MUSE mola 💖💕 Me inspiré más que nada en rolitas de Muse so...aah, esas rolitas, ojalá pudiera ponerselas todas. La voz de Matt Bellamy es orgásmica :3 aaaahhh my heart!

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El golpeteo de los zapatos sobre el suelo inundaba la habitación de un sonido constante, como el tic tac de las manecillas del reloj. Tap, tap, tap, se detenían por unos segundos, como si analizaran lo que tenían en frente y volvían a ese insistente sonido que taladraban los oídos de cualquiera. Tap, tap, tap.

Una respiración acelerada interrumpió aquel golpeteo haciendo que le caminante sonriera y mirara fijamente a la mujer pelinegra que tenía esposada a una silla de metal con la sangre escurriendo de sus labios y su nariz. Los ojos azules como el océano miraban fijamente al hombre frente a ella ignorando a los demás que estaban en la habitación esperando, mirando y ansiando una respuesta. En la puerta se encontraba un hombre realmente grande con hombros anchos y ojos tan azules como el cielo, miraba fijamente al frente mientras un castaño de barba cerrada y abundante miraba con preocupación a la pelinegra.

El hombre frente a ella, aquel que tenía unas manoplas cubriendo sus nudillos con runas enoquianas y andaba con las mangas de la camisa arremangadas, sonreía sínicamente mientras miraba fijamente a la chica esposada, viendo como los moretones que tenían desde hace un par de días iban sanado lentamente, ahora siendo más amarillentos que violetas como el día anterior. Sentía satisfacción al verla sangrar de esa manera sabiendo que él había sido la causa. Pero, claro, estaba llegando a un límite.

—Creo que tenemos un problema de comunicación aquí—murmuró Arthur Ketch con aquel acento tan fastidiosamente británico—Lo preguntaré una vez más, Castiel, ¿dónde está la tableta demonio?

Castiel parpadeó mirándolo fijamente pero no habló, ni siquiera se preocupó por hacer una mueca de superioridad como las veces anteriores. Cierta parte de ella estaba muerta de miedo, aterrada de que notaran la vida gestándose en su vientre; aterrada de que algo le hicieran a Mary y a Gabriel, que los habían llevado a cuartos separados haciéndoles a saber qué, a veces le parecía escuchar los gritos de su hermano pero no podía estar segura. Pero sabía que si decía dónde había guardado la tableta demonio entonces cosas malas iban a pasar y no sólo para ella sino para los Winchester, por muy enojada que estuviera con Dean no significaba que iba a lanzarlo a los lobos con tal de librarse de la paliza.

Así que se dedicó a mirar los ojos mortíferos de Ketch antes de escupirle en la cara la sangre coagulada que tenía en su boca debido a los golpes. El británico gruñó por lo bajo y la abofeteó con el dorso de la mano provocando una herida en el rostro de porcelana que se cargaba en ese momento, haciendo que la chica sólo respirara bruscamente por las fosas nasales antes de levantar la barbilla y mirarlo fijamente.

No iba a romperse ante un humano, no después de todo lo que había pasado.

—No creo que esto esté funcionando—habló el otro letrado haciendo que Cass lo mirara con las cejas enarcadas—Ketch, deja de golpearla.

Ketch se enderezó limpiándose el rostro mientras se encaminaba a esa mesita donde se encontraban varios objetos de tortura donde al menos la mitad ya estaban empapados en sangre. Castiel entrecerró los ojos y miró fijamente al hombre restante junto a la puerta, sintiendo odio correr por sus venas, un odio puro que nunca pensó en sentir. Misael apartó la mirada y siguió contemplando la pared del fondo como si fuera lo más interesante haciendo que Cass convirtiera en puños sus manos atadas sobre la silla deseando poder liberarse y atravesar aquel cuerpo con su espada y disfrutar cuando el ángel de aquel recipiente muriera.

Sigue siendo Cass.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora