La Diferencia entre Casa y Hogar.

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Cuando Bruno Mars cantó "te di todo lo que tenía y lo tiraste a la basura... Sí, yo moriría por ti, baby, pero tú no harías lo mismo" Bro, Cass really felth that.

He visto que una de ustedes ha compartido en facebook esta historia y quería agradecerle c: se siente bonito andar viendo memes y de repente BOM, ver a alguien hablando o mecionando tu historia, ¡muchas gracias!

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Castiel abrió los ojos al sentir como le llamaban, era más una solicitud que una plegaría que estaba llena de molestia y desesperación. Miró alrededor intentando ubicarse, recordando los acontecimientos anteriores antes de dejar de estar tan tenso.

Dean dormía a su lado manteniendo un brazo a su alrededor, babeaba por la comisura de su boca mientras roncaba ligeramente haciendo que Cass sonriera. Sin embargo no pudo tomarse mucho tiempo para admirar a Dean puesto que aquel llamado insistía haciendo que fuera consciente de un lloriqueo en la habitación. Cass suspiró y apartó el brazo de Dean con lentitud antes de incorporarse de la cama con los ojos entrecerrados, aún sintiéndose realmente casado, con la gracia por lo bajo y con la molestia en su vientre y un poco más abajo.

Dean gruñó ante su ausencia en la cama por lo que giro abarcándola por completo y abrazándose a la almohada de Cass. El ángel lo miró unos segundos, sonriendo con ternura y añoranza, antes de encaminarse a la cuna de Ángela, sintiendo que la tela de sus bragas le apretaba de manera incómoda y sentía un extraño peso en la espalda que hacía que moviera los hombros intentando aliviarlo. Seguramente dormir con Dean encima no era apropiado después de dar a luz.

Bostezó ruidosamente mientras se colocaba junto a Ángela, mirando fijamente como la niña lloraba en voz baja a punto de pegar el grito y las cosas a su alrededor temblaban. Cass apoyó las manos en la cuna y se inclinó mirándola fijamente, intentando adivinar qué estaba mal. Ángela, al verlo, alzó sus pequeñas manitas intentando alcanzarlo, como si eso diera a entender qué era lo que realmente quería.

En la cama Dean gruñó al ya no sentir al ángel por lo que alzó la cabeza con los ojos entrecerrados y miró a su alrededor, temeroso de que hubiese desaparecido en medio de la noche sin darle oportunidad de despedirse. Se apoyó con los codos en el colchón y giró en dirección a la cuna de Ángela al escucharla balbucear.

Un hombre realmente alto y de anchas espaldas cubiertas por una camiseta que le quedaba un poco corta se cernía sobre la cuna de su hija antes de que la alzara en el aire con cuidado, mirándola con extrañeza. El corazón de Dean dio un vuelvo al ver el perfil masculino de aquel hombre, al escucharlo hablarle a la niña con esa voz tan grave que le ponía los pelos de punta. Sonrió al verlo girarse y encontrarse con los ojos azules que llevaba contemplado todo ese tiempo.

—Cass, volviste—exclamó con alegría el cazador levantándose de la cama.

—No me he ido a ningún lado—murmuró el ángel manteniendo a la niña en sus brazos—Dean, algo tiene y no sé qué es.

Dean frunció el ceño y se acercó a ellos, pasando un brazo alrededor de la cadera de Cass y mirándolo como si no lo hubiera visto en un largo, largo tiempo. Ciertamente así era, había extrañado la barba incipiente, la voz ronca y ese cabello desordenado apuntándole a todos lados. Diablos, quería tanto besarlo y abrazarlo, pedirle que no se fuera aunque era inútil; resultaba extraño como estaba dispuesto a dejar ir a la mujer que le había dado a su hija pero se negaba a dejar ir al ángel Castiel, al hombre con quien quería criar a Ángela.

El cazador colocó su rostro contra el cuello de Cass y suspiró profundamente cerrando los ojos, intentando guardar en su memoria ese pequeño momento antes de perderlo para siempre, engañándose como si todas sus mañanas fueran a ser como esa a partir de ese momento, donde despertaría y lo primero que vería sería a Cass cargando a Ángela. Lo abrazó con fuerza haciendo que Cass se sintiera un poco incomodo antes de mirar a la niña, que tenía los ojos llorosos y la nariz enrojecida mientras miraba a Dean fijamente, como si esperara a que él entendiera lo que le pasaba después de que mamá no lo comprendiera.

Sigue siendo Cass.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora