Mujer Bonita.

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Dean se levantó extrañamente temprano, lo supo porque Sammy aún seguía dormido. Honestamente, el mayor de los Winchester poco había podido dormir desde que su mejor amigo había cambiado de forma, no dejaba de pensar en esas largas piernas ni en esa pequeña cintura, se la pasaba evitándola a todas horas, no importaba si ella se acercara con intención de hablarle para poder preguntar algo.

Últimamente se la pasaba encerrado en su habitación buscando algo que lo devolviera a la normalidad mientras su hermano y la bonita chica seguían intentando buscar a su madre desde su última aparición, también intentaban adivinar qué podrían querer los británicos de Cass. No le gustaba hacerle esos desplantes a Cass, sabía que no tenía la culpa, pero era lo mejor que se le ocurría hacer para evitar pensar en la bonita boca que tenía.

Dean se arrastró hasta la cocina dispuesto a buscar su café mañanero pero al entrar el sueño lo dejó por completo. Sí, agreguen a la lista de las cosas que lo fastidiaba .últimamente el guardarropa que Gabriel le había conseguido a Cass. Lo que tenía frente a él era el colmo de los colmos, incluso su compañero, demasiado sensible a esas horas, se despertó sin dudarlo ante la imagen que tenía en frente.

Cass vestía unos shorts de algodón demasiado pequeños color blanco con pequeñas abejas decorándolo, traía una camisa de manga larga, al menos, con una sonriente abeja en frente que decía Dulces Sueños con letras amarillas. Claro que eso no era lo que había despertado al pequeño Dean, nop. Era el hecho de que con ese diminuto short Cass estaba alzado sobre la punta de los pies intentando alcanzar el gabinete superior de la cocina para sacar una taza haciendo que Dean pudiera admirar la perfecta curva de su redondeado y muy bien equipado trasero.

Dean sabía que Cass tenía un buen culo porque, claro, le había dado un buen vistazo en ocasiones pero el que tenía en frente era un trasero de infarto, de esos que quería sujetar y no soltar nunca. Se mordió el labio inferior al ver el largo cabello negro que quería tomar con su puño balancearse de un lado a otro mientras esa diminuta chica intentaba sujetar una taza del estante. Sonrió un poco divertido.

El ángel del señor no alcanzaba el gabinete superior de la lacena.

— ¿Necesitas ayuda?—preguntó divertido al verla dar saltitos.

Cass se sobresaltó y miró sobre su hombro, ruborizándose al ver a Dean contemplarlo...la en tan vergonzosa situación. No alcanzaba el estante superior lo cual era un verdadero fastidio porque quería una taza de café para poder seguir revisando el asunto de los británicos, se había pasado toda la noche investigando sobre lo que podrían querer de él y en dónde podrían tener a Mary sin encontrar absolutamente nada. Cass sabía que no necesitaba el café pero, secretamente, le había agarrado gusto desde que era humano y si ignoraba el sabor de las moléculas era capaz de saborearlo tranquilamente...O esa había sido su intención ¡si alcanzara el maldito gabinete superior! ¿Las tazas siempre habían estado tan altas?

—Creo que sí—admitió dejando de saltar—Están más arriba de lo que recuerdo.

—O tú más abajo—Dean sonrió mientras se le acercaba—Para la otra puedo ponerte un banquillo, sería más fácil—Dean se rió.

—Eso sería de ayuda, gracias Dean.

Castiel le sonrió abiertamente aturdiéndolo un momento. Se veía mucho más bonita cuando sonreía de esa manera. Se distrajo de lo que estaba haciendo, olvidando aclararle a Cass que era una simple broma, y admiró la forma en la que Cass sonreía como si le hubiera dado la cura del cáncer, haciendo que esos bonitos ojos brillaran con la luz de la cocina y sus bonitos dientes centellaran como si de estrellas se trataran. Mierda, ¿Cass siempre había sido así de lindo o sólo era el nuevo rostro?

Sigue siendo Cass.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora