Capitulo uno

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Después de la niebla aquel primer día, entendí que no mataban a todos, eran seleccionados, perdí a Kath ese día, no entendía la manera en la que seleccionaban a quien dejaban vivir y a quien iban a matar, cuando la niebla se dispersó a pesar de que todas las puertas y ventanas del instituto estaban cerradas, las rompieron, ingresaron y comenzó la matanza adentro, estaba muerta, era seguro, pero no fue así, cada vez avanzaban a donde me encontraba , recibí la mirada de varios y cuando creí que era el fin simplemente me ignoraban y seguían su camino, y así fue como murió Kath pero yo no.

La primer semana paso, cada vez ellos eran más y nosotros menos, estaba segura que más de la mitad de la población de chicago había muerto, si no es que la mitad del mundo.

El cuerpo de mama estaba en su habitación, nadie enterró a sus seres queridos, aquel día llegue a casa y la encontré en un charco de su propia sangre.

Tenía miedo de lo que estaba por venir, varios grupos de personas intentaron acabar con ellos, pero fue imposible, eran extremadamente fuertes, contaban con poderes que si no lo hubiese visto no lo creería, una semana antes jamás pensé que existiría algo así.

Lo único de lo que estaba segura era;
-no son humanos.
-son seres sin sentimientos.
-estaban acá para exterminarnos.
-su belleza sobrepasaba lo posible.
- el fin de nuestro mundo había comenzado.

Día 8- presente.

Vi Salir el sol desde mi ventana en el segundo piso, toda la noche me la pase en internet, era imposible creer que todavía funcionara, las noticias sobre ellos se había extendido a lo largo del mundo, ya no había ningún país que se salvara, el presidente de los estados unidos había sido encontrado ayer muerto en su despacho, realmente no me sorprendía, era inevitable que algo así pasara.

Algunas noches todavía se lograban escuchar gritos, ellos estaban por todos lados, los observaba por mis ventanas, caminaban siendo dueños de las calles, hacia días que no veía a mis vecinos, la última comunicación con Paul fue hace unas horas, él también había perdido a sus padres días atrás, pero no se encontraba tan solo como yo, el tenía a su hermano, me intento convencer de que fuera con él a su casa, pero había que pensarlo dos veces antes de querer salir.

Mensaje de Paul *en una hora pasaremos por ti, espero estés lista*

Tuve que releer el mensaje unas cuanta veces más para estar segura de lo que estaba escrito. Era la primera vez que saldría de casa desde que todo comenzó, pasaron tan solo 8 días, pero pareciera que habían pasado años.

*lo estaré, acá te espero* enviar.

Me levante de la cama lo más rápido que pude, asome mi cara por la ventana y ahí, enfrente de casa, al otro lado de la calle, se encontraba un grupo de ellos, cualquier diría que eran personas-adolescente normales riendo en la madrugada después de alguna reunión con alcohol de por medio, los veía comportarse como mis amigos y yo lo hubiéramos hecho unos días antes, parecían tan normales, excepto por su anormal belleza, claro.

Segundos después dejaron de reír para voltear a ver hacia donde yo estaba, me habían visto.

-Diablos-susurre para mí, no entendía sus expresiones, se veían tan serios, hasta que fije la vista en uno de ellos, fueron tan solo unos segundo para que me sacara la lengua en forma divertida y se echara a reír.

Me aleje de la ventana sin creer lo que acababa de pasar, baje por las escaleras hasta el garaje de casa, no antes sin fijarme que las puertas del mismo se encontraran cerradas, o era probable que me encuentre cara a cara con mis futuros asesinos.

Respire profundo antes de adentrarme al lugar, solo tenía que llegar a la caja del fondo donde estaban las cosas de mi papa y mis hermanos, todo estaba acá, lo que quedo de ellos después del accidente que les arrebato sus vidas. Tome la mochila más grande que encontré, una de esas que usaban para ir a acampar y subí de nuevo a mi habitación.

Tome la ropa que era más probable que utilizaría, eran épocas de verano, así que empaque blusas de tirantes y shorts, uno que otro jean, una camisa de jean, unos pijamas y ropa interior, el único calzado que tendría serian mis tan amados nike blancos deportivos.
No creo que la ropa sea exactamente necesaria cuando el fin del mundo estaba a la vuelta de la esquina.
Tome mi cargador para meterlo en los bolsillos de la mochila, mi cepillo de dientes, y baje a la cocina, todas las latas y botellas de agua que entraron , las guarde, no sabía que pasaría saliendo de estas paredes, tenía que estar prepara para cualquier situación.
Pasaron los minutos, escuche como un vehículo se acercaba, era momento de salir, mis dedos tocaron la perilla de la puerta principal, respire hondo y tome valor, abrí la puerta y sin mirar a nada más que el auto de Paul me dirigí hacia él.

Sentía que mis pasos eran demasiado lentos, el sudor caía por mi frente, el nerviosismo se encontraba en el punto más alto, creí que nunca llegaría hasta la puerta del auto.

El aire logro salir de mis pulmones una vez que me encontraba en el asiento de atrás, enfrente Paul y su hermano Zack.

-creí que nunca llegaría- pronuncie mirando a ambos- ellos nos están observando –susurre haciendo un movimiento de cabeza para que miraran hacia su derecha y notaran los 5 pares de ojos desconocidos. Sentí un escalofrió recorrer toda mi columna.

-lo sabemos, los hemos visto apenas doblamos a tu calle, ¿han estado todos esos días ahí¿ -pregunto Zack, se notaba la preocupación en su voz, intento no voltear a verlos.

-desde el primer día, llegue a casa y ellos ya se encontraban rondando cerca, a veces son diferentes personas, es como si hicieran guardia, no lo sé, no entiendo nada de lo que está pasando.

- no es solo acá, toda la ciudad está igual, los ves en cada esquina, arriba de los edificios, ya no han estado matando a más personas, simplemente nos vigilan, es todo o que hacen- contesto Paul- es hora de irnos.

Vi como Zack dio vuelta a la llave de la camioneta, pero no pasó nada, no encendió, no se escuchó ningún ruido.
Sentí el pánico crecer dentro de mi cuerpo.

-Mierda, esto no nos puede estar pasando ahora, estaba perfectamente- se quejó Zack.

-creo que el problema no es el auto- pronuncie, viendo como aquellas personas se comenzaban a acercar y colocar frente a nosotros. Todos reían, menos unos, él estaba haciendo que el auto no funcione.

Un movimiento involuntario hizo que terminara en la calle nuevamente, el miedo se apodero de mí.

Pero no fui la única, bastaron unos segundos para que mis acompañantes se encontraran donde yo.

Mi mirada viajo hacia enfrente al escuchar los primeros pasos, era el chico que me había sacado la lengua hace una hora, se acercaba de una manera que podría intimidar a cualquiera, ya no estaba la expresión divertida que había visto la primera vez, su figura era grande, los hombros anchos hacia atrás con la espalda recta, la mandíbula alta, y la mirada fija en mí, el al igual que sus acompañantes tenían un vestuario de lo más peculiar, eran enteros, de los pies hasta el cuello, cubría toda esa zona, hasta los dedos de las manos, y su calzado estaba unido al traje, el blanco resaltaba, con los bordes en negro y dorado, reacciones cuando los pasos cesaron y lo vi a tan solo un metro de mí, si antes dije que eran personas hermosas, me estaba quedando corta, eran más que eso, eran tan perfectos que asustaba.

Su piel era demasiado clara para creer que en ningún momento de su vida tuvo contacto alguno con el sol hasta ahora, sus mejillas coloradas le daba un toque de inocencia, lo cual era solo una fachada, su nariz era tan recta y perfecta en esa cara con la mandíbula marcada, subí un poco más la mirada hasta su cabellos, completamente blanco, haciendo contraste con unas cejas de un tono oscuras, y por ultimo sus ojos, de un color azul celeste que jamás había visto, bordeados por unas gran cantidad de espesas y largas pestañas negras, y ahí me di cuenta;
Me estaba mirando fijamente y no se veía muy contento.

-Yo soy Killian.

(...)
Espero que les guste el primer capítulo, para saber que alguien esta leyendo, porfavor votar así sigo. Con un solo voto me conformo, aunque escriba para una sola persona, eso me hará feliz.

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