Capitulo cinco

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Ese día las horas pasaron mas lento de lo normal, pensaba que nunca llegaría lo hora de estar en mi casa y que Killian me revelé la verdad de todo.

-¿entonces que?- pregunto Killian mientras ponía las manos en sus caderas- nos vemos en tu casa- aseguro y comenzó a caminar junto a los demás.

Camine hacia la camioneta de Zack donde los hermanos ya me esperaban, antes de subirme no pude no mirar hacia donde se iban los otros, todos los días hacían un largo recorrido caminando hacía nuestra zona.

-no les va a pasar nada por caminar Jada, ya sube- hablo Paul, lo mire y asentí antes de acomodarme en mi asiento.

-tengo miedo de lo que nos podamos enterar-  mire mis manos entrelazadas.

-no eres la única, pero solo así sabremos que es lo que en verdad pasa- Aseguro Zack

-si.

20 minutos después ya nos encontrábamos en nuestro hogar, el grupo de Killian tardo 20 minutos mas en llegar.

-Pasen, pueden sentarse en la sala- les hice una seña .

-Las casas de ustedes son muy acogedoras Jada- me sonrío amable Emora.

-Si, bueno, así nos gustan acá- moví los hombros restándole importancia.

Tal vez me comportaba grosera con alguien que intentaba ser amable conmigo, pero no podía no sentirme a la defensiva estando cerca de cualquiera de ellos.

-¿Entonces?- pregunto Paul intranquilo.

Los mire desde la entrada de la sala, todos estaban sentados, menos yo.

-¿Que quieren saber exactamente?- pregunto Egos.

El ambiente se tornaba incomodo.

-¿de dónde vienen? - pregunte sin pensarlo demasiado.

-de la Atlántida - contesto Joss con una sonrisa.

Mire a Killian, el me estaba mirando fijamente sin ninguna expresión en su rostro.

-¿Hablan de la misma Atlántida que se supone esta en el fondo del océano y no ha sido encontrada? Creo que algo esta mal acá- respondió Zack sorprendido.

-Bueno si- contesto Joss

-Entonces viven entre peces- asegure levantando una ceja.

-espera ¿que?- pregunto Killian descolocado con el ceño fruncido.

-ya saben, aquaman- me encogí de hombros.

-no estamos al fondo del oceano Jada- contesto Killian.

-Pero tampoco están sobre el, es imposible, nadie lo ha podido encontrar- interrumpió Paul.

-Corrección, Nosotros no hemos querido que nos encuentren- dijo Egos.

-Esto es demasiado confuso- respire hondo y salí de la sala, fui a la cocina por un vaso de agua, nada de lo que estaban diciendo tenia sentido.

Me tome unos segundo para poner en blanco mi mente y volví con ellos.

-Bien, entonces explíquenos, ¿porqué no sabíamos de ustedes?, es imposible que sean humanos, pero son de acá, de la tierra- estando todos los presentes mi mirada solo iba dirigida hacia una sola.

-deberías sentarte- opino Joss

-Bien- se acomodó Killian en su lugar- La Atlántida comenzó a ser un mito desde que "desaparecimos"- hizo las comillas con los dedos- pero no fue así, no lo tenemos claro, son cosas que nos cuentan nuestros superiores, pero en nuestros libros cuenta como las naves comenzaron a bajar hacia nuestras costas, eran cientas, lo que se encontraba adentro de ellas tardo tres días en dar la cara, al tercer día una sirena comenzó a sonar haciendo que él caos se haga presente, y ellos aparecieron, según lo que cuentan eran tan grandes que podían llegar a medir tres metros, sus pieles eran de una palidez grisácea, tenían tanta fuerza, y su tecnología era mas avanza que la algún día podremos imaginar.

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