Capítulo ocho

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No todo lo bueno podía durar para siempre.

Ahí me encontraba, llorando sobre aquel charco de sangre, no era mía, sino de El. ¿Como había pasado esto? Hace unos días nos encontrábamos todos en mi comedor comiendo una de las mejores cenas hasta el momento después de la invasión.

- 3 Días antes-

-¿Entonces las fresas y las frutillas son lo mismo?- preguntó Joss observando una fresa.

-por décima vez Joss, si, si lo son- suspire cansada.

-Ay bueno señorita perfecta que viajo de país en país conociendo culturas - puso los ojos en blanco.

-Eres un dramático.

-y tu una atrevida.

Solte una risa.

-Bueno basta- se interpuso Killian sentándose justo a mi lado en el sillón de la sala.

-Pero el es un preguntón- me queje.

- Perdón por molestarte con mi amistad- volvió a dramatizar.

-si, frutillas y fresas son lo mismo, palta y aguacate también, piña y ananá igual, la yuca y la mandioca, todo eso lo es Joss, no me molesta que preguntes, solo que no lo entiendas- lo empuje por el hombro.

-¿y todo esto lo sabes porque?- pregunto Kill.

- tuve la oportunidad de viajar a Argentina hace unos años con mi familia y aprendí esas cosas- me encogí de hombros restándole importancia.

-Oh, entiendo, varios de los nuestros han tenido suerte, los han dejado salir de la Atlántida a alguno de esos países, los llamamos vigilantes, son una de las razones por las que siempre hemos tenido información sobre ustedes.

-Entonces nos vigilaron toda nuestra vida- confirme elevando una ceja.

-Por supuesto- contesto Joss con un movimiento de mano.

Puse los ojos en blanco antes de levantarme y dirigirme hacia la cocina por un poco de té, claro que tenia que ser seguida por aquellos dos perfectos chicos.

-Por cierto ¿dónde están los demás? Digo, ya se que Paul y Zack están juntando unas cosas de su antigua casa, pero ¿y el resto?- pregunten dándome la vuelta y recostándome sobre la mesada de la cocina para tenerlos de frente.

-No estoy seguro, escuche decir a Egos que iría con los nova por un asunto pendiente y Emora lo acompañaría, Hallith y Ugoira han estado extrañas estos días, apenas las hemos visto- contestó Joss - a Killian debe estar explotándole la cabeza- se burlo de este.

-¿Porqué lo dices?- pregunte confundida, eso no impidió que un cosquilleo se posicionara en la boca de mi estomago.

-Por nada- murmuro Killian en un tono seco.

-oh, ya- se burlo Joss haciendo sonar una risa que en ese momento para mi no tenia ningún sentido- no lo sabes- hizo una pausa- perdón, es información confidencial.

-Información personal una mierda, ahora quiero saber que esta pasado y tu- apunte a Joss, ya que era el mas fácil de convencer- me lo vas a contar.

-oh no princesa, eso si que no- espera, princesa... ¿que?

-¿Desde cuando tu acá me dices princesa? Si lo que quieres lograr es que me despiste pues déjame decirte que no va a funcionar- me recargue en una pierna.

-Bueno, veras- suspiro observando a Killian que lo fulminaba con la mirada- este señorito de acá- lo apunto- ha estado emparejado con Hallith durante años, ya sabes eso de reproducirse va enserio, no pueden tener nada oficial hasta que dejen el servicio como guardias-

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